Hay liberalismo para rato

César Picón

Los liberales de Ibagué y el Tolima nuevamente asistieron a las urnas para elegir sus autoridades internas. En esta oportunidad, la medición de fuerzas al interior del liberalismo dio como resultado en la capital, una ligera ventaja de las listas cercanas a la tendencia socialdemócrata que orienta el ex candidato a la Gobernación, Mauricio Jaramillo, sobre los votos obtenidos por parte de los diputados y ex concejales alineados con el equipo del ex alcalde de Ibagué, Rubén Darío Rodríguez.

A nivel departamental la diferencia fue más marcada, aunque el rubenchismo realizó un trabajo en todos los municipios debido a la presencia de influyentes políticos de toda la región, el equipo jaramillista refrendó su acostumbrada mayoría en la asamblea Liberal.

Los delegados escogidos a través de las citadas elecciones constituirán el cincuenta por ciento de la asamblea liberal a nivel departamental y municipal, la otra mitad ya había sido conformada por miembros del sector político que, según la normatividad del Partido, tienen derecho propio para ostentar la dignidad de asambleístas.

Estas nuevas asambleas tendrán la nada fácil tarea de elegir los directorios, los organismos que toman las decisiones más importantes del Partido, entre ellas la entrega de avales para candidaturas locales y departamentales.

Así mismo, la nueva asamblea departamental Liberal, definirá quienes son los escogidos para participar del Séptimo Congreso Nacional que se realizará en el mes de mayo en Bogotá, en el cual se discutirán aspectos programáticos e ideológicos de la colectividad y se elegirá la nueva Dirección Nacional.

Los retos que vienen son sustanciales: establecer directorios liberales que brinden garantías para todas las tendencias, crear un ambiente de armonía y superar las disputas al interior del Partido e incluso dentro de las mismas tendencias, y proyectar estrategias para seguir siendo una opción de poder en el departamento.

Hay que recordar que la desunión ha sido quizá la principal causa de que el liberalismo del Tolima no haya ganado la curul en el Senado de la República en las últimas elecciones parlamentarias –afortunadamente se recuperó gracias a la renuncia de un Senador Liberal de otro departamento-, y que no haya logrado recuperar la segunda curul que por muchos años mantuvo en la Cámara de Representantes.

También hay que reconocer que algunos candidatos ya no enamoran y que por el bien de la colectividad será necesario dar lugar a nuevas figuras para llamar la atención del voto rojo. La agenda del Partido no debe ser solamente interna, más bien debería aprovecharse la legitimidad de sus dirigentes para asumir posiciones unificadas frente a los asuntos más sensibles para la comunidad.

Independientemente de qué tendencia obtuvo mejores resultados, hay que resaltar que esta consulta interna arrojó un saldo positivo toda vez que, a pesar de venir de unas elecciones en las que se perdió por escasos votos la Gobernación del Tolima y por muchos la Alcaldía de Ibagué, el Partido rojo mantiene su capacidad de movilización y sigue siendo capaz de organizarse en torno a un propósito común, en este caso el de elegir sus propios representantes.

Apostilla: Quedó claro que el tal “circo rojo” no existe, por el contrario demostramos ser un Partido serio y capaz de auto-gobernarse.

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