Una urgente coalición por la paz

César Picón

El país político se apresta a encarar un nuevo debate, sin duda el más importante de su historia contemporánea: la refrendación de los acuerdos de paz. La Honorable Corte Constitucional está próxima a dar el parte definitivo sobre la validez del plebiscito, lo que marcaría el inicio de la carrera electoral que busca legitimar en las urnas todo lo acordado en La Habana. Mientras tanto, opositores y aliados ya se alistan para dejar todo en la arena para conseguir sus objetivos políticos.

En la esquina del Uribismo hace rato iniciaron campaña en contra del proceso -no de la paz, según dicen-. Con algunas objeciones razonables, pero sobre todo con argumentos falaces, han emprendido una cruzada para desprestigiar todas las determinaciones que provienen de la mesa de negociaciones e instigar a su público a no aceptar lo que ellos llaman la “paz de Santos”. El llamado a la “resistencia civil” debe entenderse como una clara declaración de guerra al proceso.

Mientras tanto en la otra esquina, la de los amigos de la paz, se observa un preocupante letargo. Con excepción del Presidente Santos, el jefe negociador del Gobierno y unos pocos líderes políticos, no hay una defensa férrea frente a los constantes ataques de la oposición. Ni siquiera Vargas Lleras se ha dignado.

Pero en las regiones la cosa no es muy diferente.

En el Tolima los líderes políticos que confían en la “paz imperfecta” pero posible, poco se refieren al asunto; con algunas excepciones, parecieran mantenerse neutrales mientras que el Uribismo y otros detractores permean con argucias la opinión de los ciudadanos. Aquí la oposición se ha movido: las cabezas visibles del Uribismo desinforman por doquier y recorren los municipios recogiendo firmas dizque para “no entregar el país a los terroristas”, y el Gobernador dejó clara su posición con su cerrero rechazo a las zonas de concentración guerrilleras (necesarias para el desarme de los insurgentes). Como contrapeso se requiere conformar con urgencia una coalición por la paz.

El partido Liberal en cabeza de sus congresistas y su excandidato a la Gobernación que alcanzó una contundente votación con la paz como su principal bandera de campaña, la U con sus dos parlamentarios, Cambio Radical con su Senadora y su jefe partidista, los verdes con su excandidato a la Gobernación y demás figuras, los representantes conservadores deben resolver su encrucijada, el Mais, Polo, Opción Ciudadana, Mira, Marcha Patriótica, UP, y los movimientos cívicos, todos unidos deben aprovechar sus liderazgos y estructuras -tan efectivas a la hora de asegurar victorias electorales-, para hacer una fuerte pedagogía y liderar en el Tolima una contundente campaña por el sí a la paz.

Ésta como todas las elecciones solo se podrá ganar con votos, las buenas intenciones no bastan. Por eso no hay mucho tiempo para que la clase política regional se decida a organizarse con el propósito de comunicar las verdades de los acuerdos, romper con los embustes de la oposición y movilizar la ciudadanía para que de forma consciente e informada asistan a la validación popular del proceso.

No hacer campaña en favor de la paz es seguirle dando oportunidad a los antagonistas para que sigan difundiendo una realidad distorsionada y negarles a los ciudadanos la posibilidad de conocer la verdad sobre el proceso que acabará con la guerra en Colombia.

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