De incrédulos a ciudadanos orgullosos

César Picón

Cuando el año pasado se propuso que los desfiles del Festival Folclórico pasaran por la avenida Ferrocarril muchos pusieron el grito en el cielo, siempre se había hecho por la carrera Quinta y era cosa de locos pensar en hacerlo diferente.

Luego se prohibió el consumo de licor en la cabalgata y demás eventos y espectáculos públicos organizados por la Alcaldía de Ibagué, los críticos auguraron el fracaso de los mismos, supuestamente esa restricción haría que la gente no participara. Al anunciar la gratuidad de las diferentes ferias –equina, bovina, ovino caprina y de especies menores-, las quejas aparecieron acusando a la Administración de ser derrochadora por invertir recursos en este tipo de eventos sin esperar recaudar dineros del público.

Así, con un alto grado de incredulidad, este Gobierno inició una serie de cambios en búsqueda de reivindicar la verdadera esencia de nuestras tradiciones culturales. Después de todo, las cosas han salido mejor de lo esperado. La gente está feliz de poder compartir en familia y disfrutar de toda la oferta cultural y recreativa, los comentarios de los ciudadanos son cada vez más positivos y dejan ver un sentimiento de orgullo por su ciudad y todo lo que está ocurriendo en ella.

Este año fue aún mejor, además de los citados cambios, sin mayor gasto de recursos pero sí con mucha creatividad y compromiso se lograron varias pequeñas cosas que sumadas todas terminaron por engalanar la ciudad y propiciar un ambiente mas cálido y festivo: con los colaboradores del Vivero Municipal construimos terrazas en guadua por la avenida Ferrocarril para que los espectadores pudieran presenciar cómodamente los desfiles; con los jóvenes Gestores de Paz pintamos los separadores de la carrera Quinta, las escaleras del Centenario y varios tramos de la carrera Tercera, todo para darle colorido a nuestra ciudad alegre y folclórica; también se realizó el mejoramiento del entorno del Terminal de Transportes, antes había una locomotora sucia y abandonada, hoy luce recuperada y acompañada de un espléndido letrero de bienvenida a la ciudad y agradables andenes y jardines; el Coliseo de Ferias se transformó para recibir las decenas de miles de asistentes de la Feria Equina de este fin de semana y las que vienen en agosto y octubre; se recuperaron totalmente las vías por donde transitarían los desfiles al tiempo que se pavimentaron muchas otras calles de la ciudad; se realizó la primera carrera “Gran Premio Ciudad Musical” en donde niños, jóvenes y adultos encontraron un espacio para pedalear en el marco de las fiestas.

También se mejoraron los parques y plazoletas en los barrios, el alumbrado público y se dispusieron en varios sectores los tablados populares gratuitos.

La gente se toma fotos en cada espacio público recuperado o embellecido, se ven orgullosos; tanto en la calle como en las redes sociales se perciben menos críticas y más comentarios que hablan bien de las cosas buenas que están pasando en la ciudad.

Justo eso es lo que necesitamos, lograr despertar el sentido de pertenencia por lo nuestro, vencer la apatía y el escepticismo, bajarle al pesimismo y la amargura de algunos que solo ven y hablan de lo malo, lograr un cambio de actitud frente al porvenir de la ciudad, creer que entre todos podemos transformar a Ibagué.

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