A pajarear en Ibagué

César Picón

La práctica del Aviturismo –observación de aves- ha venido creciendo en todo el mundo, no solo es ambientalmente sostenible, también es socialmente incluyente. Este tipo de turismo de naturaleza o negocio verde, mueve cerca de 41 billones de dólares al año, en América Latina la batuta la lleva Costa Rica que anualmente recibe miles de turistas amantes de las aves.

Colombia es el país con mayor diversidad de aves del mundo por lo que tiene todo el potencial para convertirse en un gran destino: tiene un registro aproximado de casi dos mil especies de aves equivale al 20 por ciento de las que existen en todo el planeta. Solo el Tolima tiene registro de setecientas especies e Ibagué, por contar con ecosistemas que van desde el bosque seco tropical hasta el páramo, tiene una gran oferta de especies endémicas que la convierte en un destino emergente para el “pajareo”.

Toche, El Salado, El Totumo, San Bernardo, Buenos Aires, Villarrestrepo y Juntas, entre muchos otros, albergan aves que cualquier turista quisiera ver, fotografiar o simplemente escuchar; es como un álbum, hay fichas –aves- que solo se consiguen aquí: en Ibagué.

Del 2 al 8 de octubre se desarrollará en Ibagué el tercer Festival de Aves: “Ibagué biodiversa, Alas por la Paz”, un gran esfuerzo que hace la Alcaldía de Ibagué y Cortolima para promover la ciudad ante Colombia y el mundo como un destino con mucho que ofrecer. Con Indonesia como país invitado y el apoyo de entidades dedicadas a la conservación, además de operadores turísticos, se tiene programada una amplia agenda: exposiciones fotográficas, sensibilización en colegios rurales y urbanos, un simposio en el que participarán importantes exponentes internacionales y salidas de campo a Toche, el complejo lagunar de Picaleña y San Bernardo. A través de esta vitrina y otras apuestas de posicionamiento, se espera que Ibagué pueda convertirse cada vez más en un destino para el turismo de naturaleza.

La firma del acuerdo de paz abrió para Colombia muchas oportunidades que se encontraban bloqueadas por cuenta del conflicto armado. Ahora turistas de todo el mundo, en especial los estadounidenses (país donde más tiene crecimiento esta práctica), están viendo nuestro país como un destino de preferencia, claro, ya pueden visitar paisajes prístinos, cordilleras, páramos, selvas tropicales y muchos otros ecosistemas que les ofrecen una gran variedad de aves pero que hasta hace poco se encontraban bajo el control de los grupos armados ilegales.

Nuestro reto como ciudad es poder desarrollar de manera eficiente este mercado que deja entre 250 y 300 dólares por día por cada turista. Ibagué debe seguir siendo una ciudad verde, sostenible y con oportunidades para las comunidades que habitan en ecosistemas de alto valor ambiental. Tenemos la fortuna de vivir en un territorio lleno de atractivos naturales que deben ser aprovechados de forma eficiente y sostenible.

Nota: Para los que justifican la minería contaminante alegando que no hay otras actividades para generar ingresos, se les demuestra que, entre otras, el Aviturismo es una especial alternativa de desarrollo económico y social para las comunidades que viven en zonas tituladas para el extractivismo.

Comentarios