Suban el tono

César Picón

En buena hora la bancada tolimense en el Congreso de la República se decidió a dejar a un lado las rivalidades políticas y unirse en la búsqueda de propósitos comunes en beneficio de nuestro territorio. Tal vez mi generación no recuerde ninguna inversión importante que haya sido obtenida por el liderazgo político de nuestros congresistas y seria ejemplar poder cambiar ese paradigma.

Ellos deben aprovechar que todos, directa o indirectamente, ayudaron a elegir al Presidente Duque, que le pusieron una votación arrolladora, y que hoy en día ostentan una posición pro gobiernista o neutral, lo que en la práctica es lo mismo: ninguno está en la oposición.

Sin embargo, hay que pedirles desde ya que suban el tono de sus pretensiones, que negocien por lo alto y aprovechen la posición privilegiada en la que se encuentran: ninguno ha recibido mermelada así que no le deben nada al Presidente, pero él si les debe, y mucho.

Si van a pedir recursos para la construcción de los Escenarios Deportivos de los Juegos Nacionales, que no se contenten con que les digan que nos van a mantener los 25 mil millones que ya había dado el gobierno Santos. La realidad es que todos los escenarios cuestan 170 mil millones, de los cuales el gobierno Jaramillo podría tenerlos financiados al ciento por ciento, sumando recursos propios, el cobro de multas a las aseguradoras, el empréstito que autorizó el Concejo y el mayor recaudo del predial, además, contando con que Coldeportes no exija la devolución de los recursos que había asignado el anterior Gobierno.

¿Entonces que pedirle al Presidente? Todo lo que los congresistas logren (que sea distinto a lo girado por Santos), liberaría caja de recursos de libre destinación. Si consiguieran la aprobación de 70 mil millones, el Municipio podría disponer de los mayores ingresos del predial y de los 40 mil millones de crédito que ya aprobó el Banco Agrario, los que podrían ser invertidos en infraestructura, programas sociales o cualquier otra prioridad que se defina. Eso le daría una buena mano a las finanzas de la ciudad.

Otro proyecto trascendental, con el que consagrarían su liderazgo político en Ibagué y dejarían un aporte invaluable para la capital musical, consiste en lograr la aprobación de los recursos del Sistema Estratégico de Transporte Público. En el actual periodo de Gobierno se han completado todos los estudios exigidos por Planeación Nacional, logrando su completa viabilización técnica; ahora falta la voluntad presidencial para asegurar la cofinanciación por parte de la Nación, del 70 por ciento de los 400 mil millones de pesos.

El Setp significa una revolución en términos de infraestructura de transporte sin precedentes en nuestra ciudad: construcción de la carrera 13 (eje ambiental), la calle 103 desde la avenida Ambalá hasta la avenida Mirolindo, el deprimido de la calle 60, la recuperación de los principales ejes viales y la construcción de paraderos, andenes, terminales y un moderno mobiliario urbano.

Dejar atrás la mermelada y embarcarse en la gestión de proyectos estratégicos para sus territorios, no solo es ética y moralmente correcto, sino también es prenda de garantía para asegurar su vigencia política y hasta electoral. Tienen la inmensa posibilidad de aportarle al desarrollo de esta ciudad, no la desaprovechen.

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