Matan y comen del muerto
Exmilitares confesaron esta semana en la JEP que se habían convertido en asesinos de civiles e indefensos por cuenta de la competencia que propiciaron sus comandantes para dar resultados operacionales y ganarse de premio un permiso, un pollo asado o una condecoración. Dijo un sargento que en ese entonces la consigna de un general era que no le servían litros sino “carro tancados de sangre” -humana-. De ese tamaño eran las órdenes dadas a las unidades de la fuerza pública.