Regalos que no fueron

A la cumpleañera Ibagué sus gobernantes la dejaron vestida y alborotada. Con prácticamente tres años de mandato a cuestas, el montón de promesas que le habían hecho a los ibaguereños y que sí habrían significado regalos valiosos para la ciudad, finalmente terminaron siendo una burla abierta y descarada que constata su capacidad para mentir con tal de conseguir llegar al poder. El tal Musicable no apareció, ni siquiera unos estudios y diseños como para disimular que algún día hubo interés en realizarlo de verdad. Tampoco el tan cacareado viaducto de la calle 60, del que finalmente no lograron los estudios completos pero sí habían tramitado ante el Concejo un oneroso crédito para financiarlo. El acueducto complementario que recibieron en una fase muy avanzada quedando pendiente algunas obras para conectarlo con la planta de La Pola tampoco se logró, incluso, por ningún lado se vio la famosa planta de tratamiento que supuestamente construirían para los barrios del sur, un timo más. El boulevard de la quinta que lo anunciaron desde el inicio del mandato como el proyecto que le “cambiaría la cara” a la principal avenida de la ciudad, pero del que no se ha visto si quiera la primera piedra. Lo mismo ocurrió con la inexistente adecuación del parque Centenario, después de las críticas por haber anunciado unas abominables obras que acabarían con la vida natural en ese pulmón de la ciudad, dijeron que reformularon el proyecto, aun así, ni la maltrecha cubierta de la concha acústica ha recibido si quiera una manito.

Abusos tarifarios

Esta semana se conoció una pírrica sanción que la Superintendencia de Servicios Públicos le impuso a Celsia por el elevado porcentaje de facturas que hicieron sobre un “consumo promedio” y no con la lectura real del medidor, en plena pandemia. De inmediato la empresa de energía anunció que apelaría la decisión bajo el mismo argumento de aquella época: que por el temor al contagio de sus operarios omitieron la lectura de medidores y en su reemplazo promediaron los consumos.

La mala hora de los servicios públicos

El jueves y viernes de la semana pasada se presentaron severos cortes de luz en Ibagué, una emisora de la ciudad informó que fueron más de 60 barrios que permanecieron sin el servicio por algunas horas, como es costumbre ni un comunicado ni explicación por parte de la empresa de energía. Las quejas por los frecuentes apagones ya son pan de cada día.

Prioricen la calle 103

Después de la evidente falta de planeación que terminó en que de los $27 mil millones de crédito que el Concejo municipal había aprobado para la fallida “Operación Centenario” ahora solo se vayan a necesitar a lo sumo $8 mil millones, y que al mismo tiempo se descartara la construcción del viaducto de la calle 60 (deprimido y paso elevado) por las tantas inconsistencias que reunía ese proyecto y que desde esta columna y otros espacios se habían puesto de manifiesto, el Alcalde tramitará ante el cabildo ibaguereño el cambio de destinación de las multimillonarias sumas que quedan disponibles por no poder ser invertidas en lo que inicialmente se había previsto.

Nada se puede, todo se hace

En Alvarado ya se cuentan por cientos los lotes que se venden y las casas que se construyen en condominios ubicados en su zona rural (en las goteras de Ibagué). Desde conjuntos residenciales para personas de medianos ingresos hasta suntuosos proyectos que están atrayendo compradores extranjeros, en ese municipio se ha desatado toda una ola de construcción de vivienda campestre que en el corto plazo aumentará considerablemente los ingresos tributarios de la localidad por concepto de Predial (y en ciertos casos por Industria y Comercio), y ayudará a potenciar la dinámica económica y disminuir el desempleo al atraer a miles de personas con considerable capacidad adquisitiva que consumirán bienes y servicios locales de manera permanente.

Policías: todos en la cama, nadie en el suelo

Que un Patrullero pueda llegar a ser General de la República por estudio y méritos, es el mensaje contundente con el que el nuevo Presidente inicia la propuesta de lograr una gran reforma a la Policía Nacional. La reforma que viene para que la Policía (y todas las fuerzas armadas del Estado colombiano), que consiste en mantener un enfoque de seguridad humana que se vea representado en la protección de los derechos humanos, empieza con una fuerte sacudida para cerrar las brechas que a lo largo de la historia ha venido acumulando esa Institución tan querida por los colombianos.

Una reforma para la equidad

Una cosa es que le digan a la gente que la carne, la leche y los huevos van a ser gravados con IVA, y otra muy distinta que se asegure que ningún alimento de la canasta familiar va a tener impuestos adicionales y que solamente alimentos ultra procesados y bebidas azucaradas tendrían gravámenes que podrían ayudar a disminuir su consumo.

Llega el gobierno del cambio

Con poderosos símbolos como terciarse la banda presidencial en Caño Cristales y luego una ceremonia de posesión ante los Arhuacos en la Sierra Nevada de Santa Marta, como muestra de la valoración de la rica biodiversidad y la pluralidad étnica y cultural de nuestra nación, nuestro presidente Petro inicia el gobierno que promete abrir una senda de transformación para Colombia.

“El enemigo de mi enemigo, es mi amigo”

Mientras el senador Óscar Barreto trata afanosamente de desmarcarse del desprestigiado Alcalde de Ibagué y le declara la guerra a través de sus pupilos congresistas y altos funcionarios, este último atrae como el flautista de Hamelin a los “enemigos” políticos que en algún momento fueron “aporreados” por el poder absoluto de su otrora jefe, para que a punta de favores le armen una coalición que pueda ganarle las elecciones el año entrante.

La frente en alto y la moral en el culo

Mientras entregan un país empobrecido, con un abultado y preocupante déficit fiscal, la inflación por las nubes, la violencia desbordada en tantas regiones del país, escándalos graves de corrupción como el robo de la plata del internet para las escuelas rurales, el dólar más alto de la historia y otras tantos infortunios, Iván Duque dice que se va “con la frente en alto” y da discursos patrioteros como ufanándose de su “meritoria labor”.