Repite como loro que hay que defender la democracia del ‘populismo y la posverdad’ pero es el primero en quebrantar el orden Constitucional y pasar por encima de las instituciones para atacar y desprestigiar al candidato Petro.

El público tiene que darse cuenta que ante el crecimiento continuo de Gustavo Petro en la intención de voto y el estancamiento del candidato de Duque y Uribe, Fico Gutiérrez, estos últimos optaron por emprender, ahora sí con toda, la campaña negra más grande que hayan podido desplegar. Esta será la más dura de todas porque nunca antes habían estado tan cerca de perder el poder.

Hasta ahora pareciera que la ampliación del pico y placa a todo el día no ha tenido ningún efecto. Los atascos se siguen sintiendo en los mismos puntos, a las mismas horas y en los mismos sentidos de siempre. Temprano en la mañana y después de la 1:30 de la tarde todos parecieran ir hacia el centro, al medio día y al final de la tarde todos para abajo.

“Sueñan los nadies con salir de pobres, que algún mágico día llueva de pronto la buena suerte […]. Los nadies: los hijos de nadie, los dueños de nada, los ningunos, los ninguneados [...]. Que no son seres humanos, sino recursos humanos. Que no tienen cara, sino brazos. Que no tienen nombre, sino número. Que no figuran en la historia universal, sino en la crónica roja de la prensa local. Los nadies, que cuestan menos que la bala que los mata”.

En Ibagué nunca se había promocionado un evento de la magnitud del Jamming Festival, por eso, entendiendo que su resultado también comprometía a la ciudad, debió haberse hecho un esfuerzo máximo por ejercer control sobre su organización. Con esta columna no pretendo atribuir la responsabilidad del fracaso a la Alcaldía, es claro que los promotores privados tendrán que responder, pero si quiero llamar la atención sobre la falta de vigilancia del Gobierno de Ibagué sobre un espectáculo de extraordinarias proporciones que convocaba asistentes de todas partes y que no solo serviría para dinamizar la economía local, sino que prometía acreditar la ciudad como un destino viable para grandes eventos.

Al momento de escribir esta columna aún no se conocían los resultados de las elecciones de ayer, sin embargo, las ultimas encuestas no dejan duda que los vientos de cambio empezaron a soplar en Colombia. La consulta presidencial del Pacto Histórico se sobrepuso por mucho a las demás. Gustavo Petro quedó muy bien posicionado con una votación muy superior a la que obtuvo hace cuatro años. En el Congreso de la República ganaron un valioso terreno las curules de las fuerzas progresistas que están a favor del cambio, en detrimento del uribismo y sus aliados. Eso ya es mucho decir.

A la Unidad de Salud de Ibagué -USI-, ni más ni menos la Entidad que se encarga de atender a los usuarios del régimen subsidiado de salud (las personas más vulnerables), le están dando un manejo desastroso que de continuar la llevaría a la quiebra en poco tiempo.

La opulenta manifestación política del partido Conservador ocurrida el viernes pasado en la plaza Manuel Murillo Toro, puso a más de uno a preguntarse de dónde habría salido la plata para pagar esa impresionante logística: cientos de buses y chivas, incontables prendas azules, comida y muchos otros gastos onerosos. Algunos la calcularon en mil millones.

Al Alcalde de Ibagué le salió el tiro por la culata cuando la semana pasada quiso apropiarse del logro de la construcción del coliseo de combate de la 42. Varias publicaciones en redes sociales y algunos medios locales se encargaron de recordarle a Hurtado que esa obra (como muchas otras) fue contratada y quedó en ejecución en el gobierno de Jaramillo.

Reunir en una sola visión de futuro la inmensa diversidad de anhelos, sueños y esperanzas de todos los tolimenses, es un desafío descomunal. Pretender poner la mirada casi 30 años adelante es, también, bastante pretencioso, porque vivimos en un mundo que está cambiando vertiginosamente al ritmo de los avances en la tecnología, la ciencia y la política. Una pandemia en apenas dos años cambió costumbres y modos de vida, puso en ‘jaque’ la economía global y creó fuertes presiones sociales por cuenta del hambre y la pobreza. En las próximas semanas el mundo entero y nuestras vidas podrían cambiar si acaso Estados Unidos y Rusia se atacan: la tercera guerra mundial habría estallado.