Perdonar, pero nunca olvidar

Eduardo Pilonieta Pinilla

Cuando se negocia, se tienen que hacer concesiones recíprocas cuyo equilibrio depende de la correlación de fuerzas o de las debilidades puestas de manifiesto en el proceso.

Colombia necesita la paz, sobre eso no se admite discusión y la necesitamos para acabar una guerra que no fue posible resolver de otra manera; por eso hoy, cuando aparece un asomo de acuerdo, todos aspiramos sea definitivo y sobre todo, eficaz para el propósito que lo anima.

Desde luego, como en la pelea de los burros el que pierde es el arriero, en esto los perdedores vamos a ser los ciudadanos honrados que pasaremos de víctimas a responsables de asumir los costos de un conflicto que tuvimos que vivir por la voluntad de una minoría y por la incapacidad de un Estado para resolverlo.

A las personas de bien nos correspondió poner las víctimas y ahora además nos toca perdonar, mirar como si no hubiera pasado nada, para que quienes propiciaron la violencia puedan disfrutar impunemente de todo el dolor que causaron, so pretexto de una revolución en la que ellos también fracasaron.

Aun así nos toca perdonar, pero no necesariamente olvidar, pues el asunto no es de borrón y cuenta nueva, ya que no se debe facilitar a los perdonados la posibilidad de volver a intentarlo, para lo cual la sociedad debe estar con ojo avizor y siempre alerta para frenar y prevenir cualquier intento de retornar al modelo superado. Los países que no tienen en cuenta su historia repiten sus errores, por eso debemos mantener viva la memoria aceptando que tocó, por qué tocó, perdonar a los victimarios no dándonos el lujo de olvidar lo sucedido, el cómo y quiénes lo hicieron, pues no merecemos otro ciclo de historia sustentado sobre el uso de las armas como argumento, el desconocimiento de los derechos humanos y el cambio social como pretexto.

Todos debemos perdonar pero nunca jamás olvidar, enseñándole lo sucedido a las nuevas generaciones para que sepan lo que tienen que evitar.

Para todos nuestros lectores y sus familias, los mejores deseos de una Navidad Feliz y en paz.

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