Insondable vacuna

En prudente aislamiento selectivo, “Los Sabios de La Pola”, patriarcas de talante crítico ácido, siguen actuantes y deliberantes. En sus divertidas reuniones, con su acrobático verbo hacen disecciones de lo divino y humano y renuevan sus votos de escepticismo: “Porque la política casi nunca está al servicio de los ciudadanos y la polarización, y luchas politiqueras por el poder no auguran un futuro promisorio para los intereses generales y la paz del país”. Curioso: En la última tertulia, lo único que ofrecieron de tomar fue… la tensión arterial, que atendió una enfermera acompañante. ¡Faltó la degustación de geles con alcohol! El tema: la incierta y lejana vacuna que nos rescatará de la incertidumbre actual. Comparto algunos comentarios:

Mal ejemplo

¿Invitaría usted a su hogar, juicioso lector, a un tipo altanero a quién coterráneos y algún adjunto le endilgaran con justicia los siguientes “atributos”: fanfarrón, ignorante, racista, mentiroso, xenófobo, machista, evasor de impuestos, ‘matón de colegio’, líder tóxico, ególatra enfermizo, arrogante, obsceno, caprichoso, explosivo, ordinario, avaricioso, vulgar, tramposo, populista, farsante, egoísta, bribón, ¡infiel!, timador, racista, ‘enriquecedor de ricos’, estafador, destructor del civismo nacional, retórico de violencia... etc. Y que, además, se refiera a países pobres como ‘Agujeros de m...’? En suma, al decir de las abuelas: “Más dañino que mico en un pesebre.”

Todo vale nada

Resulta inusual en este país de egos hipertrofiados con sórdida avaricia por el dinero, que existan personas inmunes a esas vanas inclinaciones, que discurren sencillas y bondadosas en esta época de incertidumbre; que aceptan estoicas su destino sin quejumbres ni actitudes histéricas y, como generosos abuelos, dan ‘hasta que duela’. Son ellos el grupo de amigos que algún prelado bautizó como “Los sabios de La Pola”, quienes no viven ni para acumular angustias.

Ruido y furia

“Me brillan los ojos al verte, al sentirte y al tenerte /me das amor sin decir te amo, me das alegrías sin fiestas… /cómplice de mis pensamientos, /seductora encurvada. /Con placer y con amor, /compañera, amiga, novia y amante...” Estas pedestres líneas no las inspiró, lector imaginativo, alguna joven de 20 años con la anatomía de Sofía Vergara. No. Fueron dedicadas por un delirante ‘motero’ a su atronadora motocicleta de 124 c.c. sin exosto. Es parte de una “nueva cultura”, “un estilo de vida”, “una religión” con oraciones, lemas y ‘poetas’, en este deshumanizado, consumista y contaminado mundo.

“Quiero ser Policía…”

“Cuando sea grande, mamá…”. La generación que hoy recorre las postreras millas para terminar entregando su alma a dios -o al diablo, si ha militado en inicuas camarillas políticas-, recordará que los niños de su época elegían la figura del policía como arquetipo de su vida de adultos. Era una imagen admirada, más respetada que temida. Hasta refrigerio le sacaban las muchachas por la ventana, cuando no eran ellas las que se descolgaban para fugarse con el galán uniformado. ¡Época de la luz Laserna!

Sálvese, si quiere

A quienes ejercen la indisciplina colectiva en barrios populares armando parrandas clandestinas y fiestas calientes, ‘pura cheveridad’, dicen, y a los transgresores de las medidas sanitarias que féminas alborotadas admiran como ‘bacanes tesos’, debe recordárseles que ni los superhéroes son inmunes al virus: ya contagió a Batman; también a la mole humana de Rápidos y Furiosos, “La Roca”, al que no le entran ni balas de cañón; tampoco respetó la sangre azul de la Princesa Teresa De Borbón y Parma. ¡Un peligro por aquí con tantas reinas!

¡Y siguen vigentes!

Apena que la plata no pueda comprar tiempo extra de vida. Algo dejó el feo cuatrienio del elefante en la sala, es la Ley 271 de 1996 que determinó celebrar el “Día Nacional de las Personas de la Tercera Edad y del Pensionado” el último domingo de agosto. Conmina la norma a gobernantes regionales a homenajear y condecorar a ancianos insignes, especie hoy en vías de extinción. Seguro, habrá festejos in artículo mortis. Ojalá, si se postergan los homenajes, no imiten lo hecho hace años en un pueblo costeño: rifaron raquetas de tenis y organizaron concurso de carreras de encostalados.

Sabiduría perdida

Hablando de ingratitud hacia nuestros antepasados indígenas, si alguien dice tener la conciencia limpia es porque tiene pésima memoria.

Caritas viejas felices

Dentro de las varias cogitaciones que se imponen en estos “tiempos de pandemia”, sobresale como la principal, en cuanto dice relación a una de las amenazas más peligrosas que enfrenta la humanidad hoy, sobre todo los habitantes de los países pobres como el nuestro: la escasez de alimentos generada fundamentalmente por el incremento poblacional de los últimos años, fenómeno, este último, que ya venía afectando la humanidad entera y al que hoy se le añadió la hambruna generada por la larga cuarentena que le ha tocado vivir al planeta.

El aroma del pan

Sí, mañana es el “Día del Panadero”, venerable jornada que debería celebrarse con gran pompa y alborozo, más que los días del tamal y la lechona, fechas cuando con premeditación y alevosía se sacrifican tantos ‘pollos criollos’ ¡jipatos! y muchos ‘cochinos copartidarios’.