¡Desidia cómplice!

Iván Ramírez Suárez

“Su columna es un claro modelo de corrupción que replica en la mayoría de hospitales públicos del país.”. Así, de manera concreta y tajante, un reconocido dirigente sindical de la Asociación Nacional de Trabajadores y Servidores Públicos Hospitalarios, Anthoc, opinó sobre las denuncias que desde esta misma tribuna (http://www.elnuevodia.com.co/nuevodia/opinion/columnistas/ramirez-suarez-ivan/314268-un-alumno-aventajado), replicada por Elolfato.com (http://www.elolfato.com/un-alumno-aventajado/), se hicieron la semana pasada respecto a hechos de corrupción en el hospital público de Líbano, Tolima.

Si con pleno conocimiento de causa y con más de 30 años de servicio en el sector salud, el dirigente gremial hace tan contundente valoración, no se requiere de un exhaustivo análisis para entender por qué nuestro Sistema Nacional de Salud está colapsado o en permanente crisis económica y financiera. Con la motivación en caliente y gracias a las continuas llamadas de dirigentes sociales y populares de ese municipio, EL NUEVO DÍA desplazó un equipo periodístico para corroborar y ampliar las denuncias. Producto de ese exhaustivo trabajo, en esta edición, los profesionales comisionados corroboran lo denunciado y profundizan en una investigación especial los hechos de corrupción evidenciados en dicha entidad en los últimos años.

El informe periodístico que se publica en esta misma edición, no solo es sorprendente, sino preocupante. Más de 10 quejas disciplinarias y denuncias penales han sido presentadas contra el gerente del hospital, Manuel Gonzálea Cantor, desde hace más de cinco años, sin que éstas hayan sido al menos impulsadas procesal y probatoriamente, mas sí sometidas al implacable sueño de los injustos, muy común en tan controvertidas dependencias institucionales. Esta apatía y desidia cómplice de los órganos de control y la fiscalía seccional se suman a las resoluciones de archivo proferidas por el Ministerio Público, sin que haya existido la molestia de profundizar en la corroboración de los hechos denunciados y la autoría y responsabilidad de los implicados.

Lo que sí es claro es que existe un verdadero cartel de la corrupción dentro del hospital de Líbano, que desde hace varios años viene desviando los recursos de la salud tolimense hacia bolsillos y cuentas privadas. Cartel, que no solo hace sus fechorías, sino que amenaza, intimida y hasta atenta contra la integridad física de quienes osan denunciar, como ha sido evidenciado por este mismo diario, y del que hacen parte abogados, exalcaldes, medios de comunicación receptores de millonaria pauta publicitaria, fiscales y otras autoridades judiciales y disciplinarias, que prefieren la vía fácil de la complicidad e inactividad, antes que cumplir su función misional en beneficio de la sociedad y la comunidad. Coletilla. Un interesante mensaje llegó con posterioridad a la columna del pasado domingo: “Iván, si por el Líbano llueve, por Melgar y Natagaima no escampa.”

Habrá que investigar.

Comentarios