¡Nos jodimos! Seguiremos sin escenarios deportivos

Iván Ramírez Suárez

El acuerdo establecido la semana pasada en Ibagué entre la directora de Coldeportes, Clara Luz Roldán, y el alcalde Guillermo Alfonso Jaramillo con respecto a las obras inconclusas de los escenarios deportivos, es el final de una actuación jurídica equivocada y torpe del Municipio que traerá más daño y perjuicio para nuestra ciudad.

Muy sencillo. Jaramillo se comprometió a liquidar los 13 convenios suscritos a raíz del Conpes 3812 del 3 de julio de 2014, lo que conlleva ineludiblemente a devolver a Coldeportes los dineros no ejecutados y disponibles en bancos, los dineros obtenidos por ejecución de las pólizas de garantía de los contratos y los que ingresaron y/o ingresarán por concepto de multas impuestas a los contratistas.

Liquidar los convenios y devolver los dineros implica que necesariamente el año entrante el Gobierno priorice de nuevo las obras e inversión mediante un nuevo documento Conpes, en cuyo trámite se deben agotar nueve etapas y en su elaboración, discusión y aprobación participan desde el Presidente de la República, varios de los ministros, Planeación Nacional y el gerente del Banco de la República.

Y, una vez aprobado el Conpes, firmar de nuevo 12 convenios interadministrativos entre Coldeportes y el Municipio para la culminación y/o reconstrucción de los escenarios, excepción hecha del convenio por la remodelación del Estadio, que ya se ha dado por terminado. Suscritos y legalizados los convenios, podrían de nuevo regresar los dineros que el Alcalde prometió devolver. Este trámite, en pleno afán para construir las obras y cumplir como subsede de los XX Juegos Nacionales, tuvo los siguientes tiempos: el Conpes inició su trámite en febrero de 2014 y fue aprobado el 3 de julio del mismo año; en noviembre de 2014 se viabilizaron los proyectos y solo hasta diciembre del mismo año se suscribieron los primeros convenios. Es decir, un año de duración, contando con la necesidad y apoyo del Gobierno nacional, primer responsable en la celebración de las competencias, cuya urgencia ya no existe.

A lo anterior hay que agregar que el primer semestre del año entrante es un periodo electoral y en agosto habrá nuevos presidente, ministros y director (a) de Coldeportes, que en nada garantiza el cumplimiento del acuerdo, la firma de los convenios y el retorno de los dineros por reintegrar. Si el interés mayor era y es la terminación de los escenarios e impedir que las obras se vieran afectadas por el estado expósito en que se hallan conllevando a la posible demolición, ¿por qué optar por el camino más largo y no la declaratoria de caducidad y liquidación unilateral de los contratos, como anticipadamente se les sugirió?

Las respuestas han sido evasivas y superfluas, que evidencian algo más de fondo que ya empieza a relucir.

@jiramirezsuarez

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