2017, un año inolvidable

Iván Ramírez Suárez

El año que está por concluir será difícil de olvidar para los tolimenses. El resurgimiento de organizaciones criminales en varios sectores del departamento, la inseguridad en Ibagué y el aumento desmedido del tráfico y consumo de sustancias psicoactivas, junto a la reiterada ocurrencia de hechos de corrupción en el sector público, lo han convertido en uno de los más tortuosos de nuestra reciente historia.

Como a Macondo en ‘Cien Años de Soledad’, a nuestro terruño han llegado las plagas más diversas. Hasta la lluvia también nos azota, no como castigo por los crímenes de Las Bananeras, sino por la masacre cometida contra el erario. Un sórdido panorama político y social de ingrata, pero necesaria recordación.

Dos de nuestros ‘ilustres’ juristas (Leonidas Bustos y Camilo Tarquino) están señalados de integrar el ‘Cartel de la Toga’, como ha dado en llamarse al grupo de magistrados y exmagistrados de la otrora honorable Corte Suprema de Justicia, sindicados de negociar condenas y absoluciones penales.

Los actuales alcalde de Ibagué y gobernador del Tolima terminan el año sub judice, mientras que el antecesor de Guillermo Alfonso Jaramillo, Luis H. Rodríguez, y el exgobernador Fernando Osorio Cuenca se hallan cobijados con medida restrictiva de la libertad. El primero, en la cárcel de El Espinal, y el segundo en su residencia. Con igual medida, pero recluidos en los centros penitenciarios Picaleña, La Picota y Cómbita, Boyacá, se hallan gran parte de los integrantes del grupo directivo y asesor del exalcalde Luis H., compartiendo causa criminal por la apropiación en favor suyo y de terceros de los dineros destinados a la construcción de los escenarios de los malogrados XXV Juegos Deportivos Nacionales.

El vergonzante Concejo de Ibagué deshoja margaritas tratando de adivinar quiénes de sus integrantes serán los próximos que ingresan al ‘Pabellón Tolima’ de la Penitenciaria de alta seguridad de Picaleña, partícipes necesarios del concierto para delinquir montado desde la pasada Administración municipal y que en este período tiene al Municipio en un limbo jurídico jamás vivido.

Y para completar las plagas, la casi totalidad de obras contratadas en la ciudad en los últimos diez años están paralizadas, abandonadas y en un curso intensivo hacia la ruina, con el impactante perjuicio que esta circunstancia produce para los ibaguereños y los limitados turistas que aún suelen visitarnos.

Y aunque la Justicia viene actuando, varios de los reconocidos jefes del cartel de la corrupción siguen disfrutando sus bienes y recursos mal habidos, ejercen influencia sobre los órganos judiciales y disciplinarios y validos de investiduras y falsos abolengos hacen del ejercicio político el instrumento eficaz para que el castigo no los toque.

Esta la síntesis de un panorama regional abrumador que nos deja 2017, ad portas de un proceso electoral que elegirá el Congreso del posconflicto y al presidente que se encar-gará de dar cumplimiento al acuerdo pactado en La Habana, o “hacerlo trizas”, como desde ya lo prometen algunos de los candidatos. De las listas al Congreso, habrá mucho que hablar el próximo año.

A todos ustedes, una Feliz Navidad.

@jiramirezsuarez

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