Diáspora Pijao

Iván Ramírez Suárez

Los desastres naturales, conflictos bélicos, actos terroristas, o epidemias como las que padece la ciudad de Wuhan en la China, hacen que los colombianos en general, y los tolimenses en particular, dirijamos nuestros sentidos hacia la población afectada para identificar si entre las víctimas masivas que suelen dejar estos desastres, hay amigos, familiares o coterráneos que por diversas circunstancias de la vida hubieron de migrar de nuestro país de manera temporal o definitiva.
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En Colombia, la migración interna y externa se generó a raíz del fenómeno político - social conocido como “La Violencia” y se masificó en determinados departamentos con el posicionamiento y auge del narcotráfico como actividad económica ilícita, el surgimiento de las organizaciones armadas guerrilleras y paramilitares y el conflicto social por la posesión y propiedad de la tierra. El departamento del Tolima, es un claro ejemplo de ello.

Como fenómeno social nacional, el Estado colombiano en los últimos gobiernos ha venido adoptando y aplicando políticas públicas que ha concretado en leyes y programas institucionales permanentes como “Conexión Colombia” y “Colombia Nos Une”, que tienen entre sus objetivos fortalecer los vínculos con los colombianos en el exterior, reconocerlos como parte integral de nuestra nación y hacerlos objetivo de sus programas y beneficios contenidos en el Plan de Desarrollo Nacional. Según cifras de Migración Colombia y los consulados, se calcula que solo en los Estados Unidos hay en la actualidad más de dos millones 500.000 colombianos, que ingresaron de manera legal o ilegal. Antes de la diáspora Venezolana, los colombianos eran la población migrante con mayores solicitudes de refugio en el mundo.
En cuanto a la población tolimense que ha querido o tenido que migrar hacia el exterior, no existen cifras precisas por parte de Migración Colombia o el mismo Ministerio del Exterior, ya que las bases de datos de los consulados no particularizan el registro por municipios o departamentos, pero algunas organizaciones como “Tolimenses en el Mundo” sí tienen registros directos o realizados gracias a la facilidad de comunicación personal y social.

Dentro de los Planes de Desarrollo Municipal y Departamental de Ibagué y el Tolima se ha tocado de manera indirecta el problema, y aunque han surgido propuestas de organizaciones civiles y gremios a los mandatarios de turno, no ha existido una receptividad gubernamental que facilite y permita identificar, caracterizar y articular a los tolimenses residentes en el exterior, buscando con ello no solo un programa asistencial para quienes están en dificultades y pretenden retornar, sino también vincular al desarrollo departamental y municipal a personas, empresas o asociaciones que están en capacidad de aportar con su experiencia o actividad al desarrollo económico, social, tecnológico y científico del Tolima.

Política pública que debe articularse además, con el valioso aporte y apoyo de los gremios, empresas, universidades y líderes de nuestra región.
 

IVÁN RAMÍREZ SUÁREZ

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