Una mirada al desarrollo humano rural en Colombia

El informe sobre desarrollo humano 2011 para Colombia, Razones para la esperanza, dedicado al sector rural y elaborado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo PNUD,

establece que el modelo de desarrollo que se ha implementado en las áreas rurales de Colombia no promueve el desarrollo humano y hace más vulnerable a los habitantes rurales, es inequitativo, excluyente, discrimina a las mujeres, concentra la propiedad rural, es poco democrático, y no promueve la sostenibilidad ambiental. Y con relación a la democracia y el bienestar, dos dimensiones del desarrollo humano, estas son afectadas negativamente por la persistencia de las élites políticas en los territorios rurales.

Además el informe determina, reafirmando la vieja hipótesis de la brecha, que las diferencias del bienestar entre la población urbana y rural es cada día más grande, lo que se evidencia con el contraste entre los niveles pobreza urbano-rural, las grandes diferencias regionales, la concentración de la propiedad, y el hecho de que no existen tendencias de convergencia entre las regiones y entre las ciudad y el campo.

También concluye que las actividades económicas tradicionales están en disminución por el desarrollo de actividades económicas como la minería, la ganaderización y los biocombustibles.

Además las actividades ilícitas como el cultivo de coca y la minería ilegal afectan las economías rurales licitas y la ampliación de la frontera agrícola sin control deteriora el medio ambiente.

Determina este estudio que la estructura de la tenencia de la tierra y los patrones de ocupación y explotación económica del territorio en Colombia dan origen a distintos conflictos, convirtiéndose en un obstáculo para el desarrollo humano de los habitantes rurales ya que existe una relación inversa entre la concentración de la tenencia de la tierra y el desarrollo humano.

Con relación al Estado, este tiene una baja capacidad de intervención en el territorio rural debido a que las instituciones diseñadas para atender lo rural son obsoletas, por lo que la demanda de la población rural supera las políticas agrarias, sumando a esto que el gasto público es inestable.

El informe sobre desarrollo humano “Razones para la esperanza” establece la necesidad de replantear el modelo apostándole al desarrollo humano, esto es en términos de Amartya Sen, generar condiciones de desarrollo basadas en la libertad.

El Estado debe ordenar el territorio con el fin de hacerlo más eficiente con relación a los factores de producción y menos conflictiva respecto a la ocupación y el uso del territorio.

Además, se requiere un nuevo desarrollo institucional como un componente transversal necesario para  que el campo despegue y, en términos del  PNUD, seguridad humana como complemento a la política integral de tierras y a la lucha contra la pobreza.

Credito
JAIME EDUARDO REYES

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