A propósito del pipe 2.0

Jaime Eduardo Reyes

El anuncio del Pipe 2.0 y el informe de la contribución de los sectores económicos al mercado laboral debieran orientar la política de crecimiento económico para el Tolima.

El Dane informó la semana pasada que la mayor contribución al mercado laboral entre febrero y abril lo hicieron los sectores de la industria y la agricultura, el primero contribuyó con el 30 por ciento y el segundo con el 26 por ciento del total, corroborando el planteamiento que son estos sectores los que mayor impulso debieran tener en el diseño de estrategias para el crecimiento económico: El Tolima requiere una transformación productiva que le apueste al desarrollo de estos dos sectores.

El tercer sector que más empleo aportó fue el de la construcción.

Así las cosas, la promoción que pretende dar el programa Plan de Impulso a la Prosperidad y el Empleo Pipe 2.0 presentado por el Gobierno nacional debe promover el desarrollo de estos sectores.

El presidente Santos informó que con el fin de empujar la industria se tomaran medidas para que las empresas que promuevan productos y servicios innovadores puedan beneficiarse tributariamente. El anuncio más directo es que dicho programa destinará 900 mil millones de pesos a través de créditos de Bancóldex, para promover a quienes ayuden a subir las exportaciones.

Este anuncio invita a reflexionar sobre ¿Cuál es la participación a la que aspiraría el Tolima de la meta propuesta para el país en ventas externas de productos no mineros en el 2018? No hay duda que la respuesta requiere de una profunda deliberación y compromiso de los sectores económicos y los Gobiernos territoriales.

Ahora bien, con relación al sector agropecuario la apuesta del Pipe 2.0 se queda corto ya que solo se espera atender el rediseño del modelo de vivienda, con la construcción de 25 mil casas que antes eran de 36 metros cuadrados y ahora serán de 55, desconociendo la necesidad de impulsar la construcción de bienes públicos como distritos de riego e inversiones directas en proyectos de agricultura protegida.

No hay duda que sea cual sea la apuesta del departamento primero se deberá resolver los problemas estructurales de la escasez de infraestructura vial, el contrabando, los altos costos de la energía y el gas, y el déficit de mano de obra calificada.

Vale la pena escribir aquí la pregunta hecha por el Presidente de la Junta directiva de la cámara de comercio de Ibagué Enrique Mejía en un taller convocado por la Dian para conocer la política de comercio internacional de dicha entidad ¿Con el fin de mejorar la competitividad de los productos nacionales cómo se fortalecerá la lucha anticontrabando?

De otra parte, con el anuncio de mantener por dos años más la política de arancel cero para materias primas y bienes no producidos en el país como incentivo para la industria surge la pregunta ¿Aprovecharon los empresarios del departamento dicha política? ¿Qué se requiere para aprovecharla al máximo?

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