La reconquista de Coyaima

Jaime Eduardo Reyes

Desde hace meses el Tolima viene reclamando los recursos para terminar el Distrito de Riego del Sur del Tolima ya que la producción anual agrícola podría ser de 150 mil millones de pesos impulsando un crecimiento en el PIB departamental de aproximadamente 1.2 billones, además se beneficiaría directamente una población de 19 mil 995 personas, conformadas por 17 mil 502 indígenas y dos mil 493 campesinos.

Para terminar las obras y evitar que se convierta en un elefante blanco se necesita medio billón de pesos, de no hacerse se perdería el medio billón de pesos ya invertidos.

Ya sabemos que en el Plan Nacional de Desarrollo no se apropiaron los recursos que favorecerían siete mil 540 potenciales predios aunque se le presentó dicha solicitud en el #armemosplan realizado en Ibagué por el DNP.

A finales de la semana, cuando miles de indígenas y campesinos que se beneficiarían de la adecuación de las 20 mil hectáreas esperaban en Chaparral escuchar del Viceministro de desarrollo rural y del director del Incoder un mensaje sobre la inversión del Gobierno nacional para terminar el distrito, estos sorprendieron al Departamento anunciando que la terminación del proyecto se realizará a través de una alianza pública privada (APP). Hasta el propio Gobernador Delgado amigo incondicional del presidente Santos se sorprendió con dicha noticia.

El anuncio de esta estrategia, hecha por funcionarios de segundo nivel, es contraproducente y desde ya está contando con el silencio cómplice de la clase política del Departamento. Esta propuesta es la peor de todas.

Por todos es conocido el tipo de relaciones que se dan bajo este esquema y lo perjudicial que sería para las comunidades. El anuncio es la cuota inicial del principio del desplazamiento y el destierro de miles de familias indígenas y campesinas del Sur del Tolima, es la confirmación del deseo centralista de homogenizar la cultura y destruir las cosmovisiones ancestrales, de reconquistar a Coyaima.

El Triángulo Sur siempre se ha presentado como el pago de la deuda social que tiene la Nación para con un territorio indígena y campesino empobrecido y sumido en las desigualdades, la propuesta de la APP no paga la deuda sino que por el contrario concentra la riqueza en un privado creando mayores desigualdades en la zona con mayor desigualdad en el Departamento.

El Distrito del Sur se ha pensado como un bien público que debe beneficiar a indígenas y campesinos, construirlo bajo el esquema de una APP lo convierte en un bien privado que solo beneficiara a unos pocos, a empresarios que con esta alianza se enriquecerán a costa del empobrecimiento de miles. El Tolima no se puede quedar callado frente a esta funesta propuesta, los tolimenses deben respaldar a los dueños del Distrito: sus usuarios y hacer un frente común para exigirle al Gobierno que cumpla disponiendo los recursos del presupuesto nacional.

Además se debe reclamar al Ministerio y al Incoder que se establezcan alianzas productivas, con empresas anclas para la creación de fábricas de alimentos, apoyados por un programa de formación tecnológica dual.

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