Una audaz revolución cultural

Jaime Eduardo Reyes

La última encíclica del Papa Francisco “Laudato Si” logró llevar a un nuevo escenario de discusión los problemas ambientales que se viven en la segunda década del siglo XXI, inclusive el precandidato Republicano a la presidencia de los Estados Unidos y fiel exponente del capitalismo mundial, Jeb Bush, inmediatamente salió a criticarlo. Aquí en Colombia las opiniones no se han hecho esperar. ¿Qué afirma esta encíclica que distintos grupos la han apoyado?

El Papa Francisco ha escrito una encíclica que ha sido considerada como “una carta valiente, que denuncia, sin temores, al sistema económico mundial, en la que se llama a limitar al máximo el uso de recursos no renovables, moderar el consumo”.

El Papa declaró al cambio climático como uno de los mayores desafíos de la humanidad y lo relaciona directamente con problemas para los más pobres y vulnerables.

No hay duda, como lo afirma Daniel Kammen, investigador y premio nobel de Paz junto con Al Gore, que la discusión sobre este tema ha ganado con la encíclica porque ya no será un debate entre grupos de izquierda y derecha, entre conservadores y liberales, entre quienes reafirman que el cambio climático es consecuencia de la mano del hombre y entre quienes rechazan sus teorías, es un paso hacia adelante porque el Papa insiste en que el bienestar del planeta es un derecho de todos y no un tema de ideologías o de política.

En Colombia el Partido Alianza Verde acogió la Encíclica y destacó el hecho que el Papa realice un llamado a proteger a nuestro planeta de la degradación medioambiental y reclame contra el actual sistema económico que explota los recursos naturales sin consideraciones éticas o morales, para lo cual se requerirá de un alto grado de sacrificio y lo que llamó una “audaz revolución cultural” en todo el mundo.

La Carta del Papa tiene cinco puntos clave: El calentamiento global es real, y es el resultado de la actividad humana, para contrarrestar sus efectos y detener su avance se necesitan instituciones fuertes, el compromiso de los políticos y un sacrificio individual.

A los Republicanos de los Estados Unidos, y en especial los grandes propietarios de las empresas petroleras, no les gustó para nada que el Pontífice les haya recordado que hay un consenso científico sólido que entiende el calentamiento como un fenómeno innegable, que si no se toman medidas para frenarlo se reducirá el agua potable, se dañará la agricultura, que conducirá a la extinción de algunas plantas y animales.

Escuchar esta verdad incómoda, ya expuesta por Al Gore, premio Noble de paz y expresidente demócrata, fue como recibir un gancho al hígado. Bush representa a todos aquellos que se oponen o rechazan las ciencias que afirman los conceptos científicos del cambio climático y los grupos que no van con los conceptos globales de erradicación de la pobreza.

El próximo debate se realizará en la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, el Papa Francisco va a participar, y su encíclica será más oportuna que nunca.

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