Volver a creer

Jaime Eduardo Reyes

En una pasada reunión de empresarios tolimenses, en donde se habló del futuro de nuestro departamento, surgió la expresión de un sentimiento colectivo del que nadie habla pero que muchos sienten, vergüenza, si se quiere vergüenza ajena, pero al fin y al cabo vergüenza, vergüenza que no permite creer en nosotros como colectivo.

Algunos de ellos expresaron que cuando viajan a otras ciudades a hacer negocios y mencionan su procedencia la pregunta obligada es el lamentable estado de los escenarios deportivos, y por supuesto, la corrupción. Obviamente, la vergüenza surge y con ella cierto tufillo de malestar para con la dirigencia de la ciudad.

Y la verdad, es que este sentimiento también lo sienten líderes sociales, jóvenes, profesores y la gran mayoría de ibaguereños. No existe un indicador para describir el grado de vergüenza y de indignación que hoy por hoy sentimos los tolimenses con lo ocurrido, pero se percibe como alto.

Es por este sentimiento y todo lo que representa lo ocurrido hace un par de años atrás, que la campaña “En Ibagué, escenarios deportivos ya” ha tomado fuerza en el imaginario ibaguereño. La campaña, además de buscar escenarios dignos para nuestros deportistas, es también una forma de pasar la página rápidamente y dejar atrás uno de los momentos más tristes de nuestra reciente historia.

El llamado del presidente de la Cámara de Comercio de Ibagué a resolver el tema lo más rápidamente posible, en mi entender, tiene que ver con eso, dejar la vergüenza y volver a creer. La campaña #YoTambiénCreoEnIbagué tiene un sano propósito y vale la pena acompañarla. ¿Pero y eso como se hace?

No hay duda de que para creer en Ibagué también hay que volver a creer en nosotros, en nuestros dirigentes, en nuestros líderes, es muy difícil creer en una ciudad sin creer primero en quienes la integran, en quienes la viven.

En esta campaña hay un llamado que desborda a la ciudad capital del Tolima y al momento que se vive. La desesperanza, la vergüenza y el desánimo de muchos en el Departamento es tan alta que bien vale la pena que la dirigencia regional trasladara esta idea a todo el ámbito regional. De eso se trata el liderazgo.

Volver a creer no es fácil, la gente está muy “toreada”, las desilusiones son de magnitudes incalculables, ni se digan las frustraciones. Y es por esto que se necesita de hechos ciertos y concretos, que recuperen la esperanza, que recuperen el orgullo de ser tolimenses.

Para que cada uno de los tolimenses también crean, necesitan tener un motivo, un sueño, un anhelo, que sea viable, compartido y posible, superando los lugares comunes en los que siempre caemos cuando hablamos de estos temas. Y es precisamente aquí en donde está la respuesta de qué es lo que necesitan cada uno de los ibaguereños para volver a creer, cuál es ese anhelo colectivo que nos devolverá el orgullo de ser tolimenses.

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