La desvalorización de las firmas

Jaime Eduardo Reyes

Una firma no se le niega a ningún político, es una expresión que ya se escucha con frecuencia cuando de avalar candidaturas se refiere.

¿Qué hay detrás de la decisión de varios precandidatos presidenciales de buscar firmas para avalar su aspiración política en lugar de buscar los avales de sus Partidos?

Colombia tiene 10 Partidos Políticos, dos históricos –el Liberal y el Conservador- y los otros relativamente nuevos. Los históricos nacieron por la necesidad de cohesionar la nación después de las gestas independentistas en el siglo XIX, casi 200 años les ha permitido tener una base electoral que vota no sólo por el líder o caudillo, votan por una idea o sentimiento partidista. De los nuevos, el Centro Democrático tiene una base electoral de derecha que sigue a su caudillo el expresidente Álvaro Uribe.

Con el tiempo y por motivos claramente identificados como la corrupción y la incoherencia política los partidos han ido perdiendo el favor popular, cada día que pasa tienen menos apoyo de la opinión y los ciudadanos, las encuestas no los dejan bien parados. De otro lado, los partidos, que son dirigidos lógicamente por políticos, tienen dinámicas internas que por lo general no son tan democráticas como se quisiera.

Así las cosas, el desprestigio de los partidos y la débil democracia interna de estos se identifican en primer lugar como las causas para que algunos precandidatos presidenciales, quienes en su mayoría, por no decir que en su totalidad, han militado en los partidos, estén tomando la decisión de aspirar por firmas, es decir, bajo la figura de movimiento significativo de ciudadanos, contrariando la lógica con la que fue creada, la necesidad de que personas ajenas a los partidos políticos tuvieran un espacio que les permitiera aspirar.

Y la verdad es que Sergio Fajardo (Verde), Piedad Córdoba (Liberal), Gustavo Petro (Polo), Clara López (Polo), Alejandro Ordóñez (Conservador), y Juan Carlos Pinzón (U), quienes buscan firmas para aspirar a la presidencia, no son ajenos a distintos partidos políticos en Colombia, han ocupado dignidades a nombre de esos partidos. La sensación que empieza a crearse en Colombia es la desvalorización de las firmas como punto de partida para las aspiraciones políticas a tal hecho que ya se habla de acabar este mecanismo a partir de las elecciones regionales de 2019.

Algunos analistas explican este fenómeno como el surgimiento de un neocaudillismo político sin soporte programático y propositivo, que encuentran en los partidos ciertas reglas que los limitan y condicionan, por lo que prefieren buscar el mecanismo de las firmas, en lugar de someterse a las reglas de juego.

Al final, con este panorama, es muy probable que de este ejercicio solamente surjan cabezas de lista para senado en los partidos donde han militado o terminen siendo formulas vicepresidenciales de candidatos avalados por partidos políticos.

No hay duda que si estos dirigentes pusieran su esfuerzo en lograr las candidaturas al interior de sus colectividades la democracia de los partidos se fortalecería y de paso lo haría la democracia de nuestro país.

Comentarios