Economía para el nuevo año

Jaime Eduardo Reyes

Las encuestas de fin de año muestran que la gente cree mayoritariamente que el 2017 es una año para olvidar en cuanto a sus finanzas se refiere. ¿Qué dejó económicamente el 2017 y qué se espera en el 2018?

Empecemos recordando que luego de haber prometido que no se subirían los impuestos, el presidente Santos, el ministro Cárdenas y los congresistas aprobaron una reforma tributaria que sólo sirvió para superar momentáneamente un hueco fiscal causado por el desfinanciamiento vía reducción del precio del petróleo.

La tan anunciada reforma estructural nunca llegó, las bondades de está con relación al riego se han ido diluyendo y luego que la agencia Standard & Poor’s bajara la calificación crediticia de Colombia por el débil comportamiento de su economía, se está pensando en una nueva reforma tributaria. Por razones electorales en el primer semestre del 2018 no habrá proyecto ni reforma, pero debemos alistarnos porque reforma habrá, la hará el próximo presidente. La preguntas y a su vez los retos son ¿Podrá el Gobierno presentar de una vez por todas una reforma que no solamente tape huecos sino que dinamice la economía y mejoré la situación empresarial? ¿Defenderá el Congreso a los más humildes o se sumará a la voluntad alcabalera del Gobierno nacional?

En cuanto al empleo, el caso de Ibagué es de cuidado, el porcentaje de desempleados del 2017 no mejoró y por el contrario cuando se compara el promedio de la ciudad con el promedio del país la diferencia es de 3,5% en detrimento de la Ciudad Musical durante el ultimo trimestre. Y con relación a la informalidad, Ibagué se mantiene por encima del promedio nacional y la cifra muestra que aproximadamente 135 mil ibaguereños, de las 248 mil personas ocupadas, son informales, más de la mitad (53%). Esta situación no variara a favor de la gente fundamentalmente porque en la Ciudad no se han instalado nuevas empresas que absorban la oferta laboral y la supervivencia seguirá motivando el rebusque como principal actividad económica de muchos.

En cuanto a competitividad regional, el Tolima sigue sin levantar cabeza. El ultimo Índice de Innovación dejó al Tolima en el puesto 15 con una calificación de 27,3 puntos sobre 100 por debajo del promedio nacional (31,97) perdiendo un puesto y 4,39 puntos en la calificación. Y por el lado del índice de competitividad departamental el departamento cayó seis puestos ubicándose en el puesto 17 entre 26. Para mejorar está situación es importante lograr una mayor dinámica empresarial y un mayor aporte de las universidades y los grupos de investigación científica.

Así las cosas, el año nuevo 2018, no se ve como uno en el que las cosas vayan a mejorar. Esperemos que siendo el tercer año de los gobiernos locales y departamental estos logren concretar las propuestas de crecimiento económico que plantearon en su planes de desarrollo.

Comentarios