La semana pasada circuló por redes sociales un sondeo sobre intención de voto a presidencia adelantado por la Universidad La Gran Colombia, entre jóvenes universitarios en donde los candidatos ganadores no pertenecen a los partidos tradicionales o derivados de estos. El hecho no fue noticia porque como ya escribí, fue un sondeo y este no tiene el rigor técnico exigido por la ley electoral, sin embargo, vale la pena estudiar e intentar comprender qué puede estar pasando en este colectivo.
Lo primero que hay que comentar es que el sondeo se hizo en universidades públicas y privadas, en Bogotá y otras ciudades del país. Se tuvo en cuenta la provincia, es decir se recogió una mirada nacional.
La conclusión es que los jóvenes en las universidades quieren un cambio, lo que hoy ven no les gusta, no les atrae, los candidatos que representan el ‘statu quo’ del sistema político no les llama la atención.
Aproximadamente el 85% de los encuestados afirmó que votaría por Petro y Fajardo, yo creo que este resultado puede ser muy aproximado a la realidad, lo digo porque en mi rol como profesor universitario siento que los estudiantes están más cercanos a estos dos candidatos que a los otros, pero además porque hoy por hoy los jóvenes no creen en el actual sistema político ni creen en quienes lo representan.
Y la verdad es que no tienen porqué creer, cuando las oportunidades que se les brinda a los jóvenes son restringidas. Ingresar al sistema educativo universitario es complejo y difícil, semestre tras semestre la barrera económica es mayor, los créditos del Icetex se han complicado, el costo final de terminar la carrera es alto, situación que no se compadece con los bajos sueldos de enganche de los recién egresados. Además, en muchos casos la falta de empleos pertinentes con sus estudios los terminan llevando a ingresar a un mercado laboral para el que no estudiaron.
Creo que va a ser muy difícil que la opinión de los jóvenes universitarios cambie en el corto plazo, también creo que el sistema político tradicional tiene medida esta situación y le interesa muy poco como para prestarle atención; la maquinaria política supera en número a los votantes de este segmento.
Ahora bien, pienso que en este escenario hay una gran oportunidad para que todos los candidatos presidenciales atiendan las demandas de los futuros profesionales colombianos y formulen, sin demagogias, propuestas que resuelvan los grandes problemas que éstos viven.
¿Y qué quieren los jóvenes universitarios en Colombia? Disminuir la incertidumbre sobre su primer empleo, encontrarlo prontamente y con buena remuneración, un empleo pertinente y de calidad. Muchos futuros profesionales anhelan oportunidades para crear sus propias empresas, donde puedan poner en práctica su liderazgo y capacidad profesional.
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