Reflexiones poselectorales

Jaime Eduardo Reyes

Pasada la elección de primera vuelta presidencial quedan muchas reflexiones por hacer y también muchas enseñanzas.

La primera a la que me quiero referir es a la descachada que se pegó Cesar Caballero y su famoso sistema de proyección electoral en donde usando herramientas matemáticas y estadísticas y partiendo de supuestos errados quería crear el hecho político de un escenario favorable para German Vargas Lleras en donde el ex vicepresidente llegaría a la segunda vuelta. Al final, dichas proyecciones fueron “chimbas”. Y por el contrario las encuestas se reafirmaron como el instrumento adecuado.

Otra reflexión tiene que ver con el resultado obtenido por Humberto de la Calle, en palabras de él mismo, obtenido porque no logró cautivar a los colombianos, muchos criticaron a los dirigentes del partido Liberal y se dijo que lo dejaron solo, y puede que estas dos afirmaciones sean ciertas, pero también hay otra de la que no se habló: la bandera de defender el acuerdo con las Farc no obtuvo el respaldo que el exnegociador quería, sólo medio millón de votos se sumaron a dicha idea. Defender el acuerdo no dio votos.

Una tercera tiene que ver con la decisión de las bases conservadoras de apoyar masivamente a Marta Lucia Ramírez en la coalición con Iván Duque. La falta de vocación de poder y su cercanía con Santos llevó a los congresistas del partido Conservador a sumarse al candidato Vargas Lleras. La respuesta es la crisis institucional que hoy vive el partido Conservador y la pérdida de militantes y adeptos. Anunciar el apoyo a quienes representaban el ideario conservador en primera vuelta para las elecciones de junio no oculta la desconexión entre los congresistas y sus bases. Es totalmente extemporáneo.

Los resultados en primera vuelta dejan una gran enseñanza para quienes hace una semanas afirmaban sobre piedra que después de las elecciones de Congreso ya estaba todo dicho y cocinado para las elecciones regionales de 2019. Por el contrario cada día, cada elección, trae consigo su afán y por supuesto sus resultados.

Algunos se quejaron de la cantidad de debates, se propuso hacer máximo dos. La gran participación de ciudadanos habilitados, los bajos porcentajes de votos en blanco indican que entre mayor ilustración los electores pueden votar libremente y a conciencia. El derecho que tienen los colombianos de votar o no votar es gracias a que muchos lo hacemos libremente. La participación refrendó la democracia colombiana.

La propuesta que ha venido ventilándose de unir las elecciones de Congreso con presidente, y las nacionales con las regionales es una amenaza contra la libertad de los ciudadanos y lo único que pretende es recuperar para las maquinarias corruptas el poder de incidir de manera dolosa en la decisión soberana del ciudadano.

Finalmente, faltando muchas otras reflexiones, el país político no se polarizó como se llegó a afirmar que sucedería, la centroderecha obtuvo el 39%, el centro 24%, y la izquierda el 25%. Esta es la riqueza que hay que defender.

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