Buen juicio e imparcialidad absoluta

Jaime Eduardo Reyes

El país espera que la justicia esté desligada de la política, esta debe alejarse de los shows mediáticos que desde la politiquería se montan, no puede prestarse para intereses partidistas, ni ideológicos, debe primar la imparcialidad absoluta. La Nación espera que haya buen juicio de parte de sus dirigentes, es decir, que tengan la capacidad de juzgar adecuadamente.

No hay duda que Álvaro Uribe Vélez es un Colombiano que aun escribe capítulos enteros de la historia de la patria, muchos le aman y otros no. Su recio y frentero carácter le han conseguido amigos y contradictores, inclusive enemigos, por eso, hoy, cuando vive un momento difícil por cuenta del llamado a indagatoria de la Corte Suprema de Justicia, millones de colombianos le han expresado su solidaridad.

Uno de ellos, Santiago Londoño, exsecretario de Gobierno de Sergio Fajardo en la Gobernación, escribió en Twitter pidiendo garantías y debido proceso para el expresidente, mensaje que fue replicado por el excandidato presidencial Fajardo. Sergio hizo suyas las palabras de Londoño. También lo hizo el alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, entre otros.

La decisión del expresidente Álvaro Uribe de renunciar a su curul de senador es entendible, merece todo el respeto en esta época en donde la justicia se ha politizado, eso la hace más valiosa. En lo personal, me sumo a millones de colombianos que hubieran preferido verlo en el Senado debatiendo con los senadores de izquierda y apoyando al presidente Duque y al Centro Democrático pasar de la oposición a la responsabilidad del Gobierno. Y aunque siempre he elogiado la renuncia porque hacerlo requiere más valor que continuar aferrado a cargos y dignidades, en este caso el Congreso pierde una voz que se necesita en esta época y que además fue avalada como la más votada en las pasadas elecciones.

Los contradictores del expresidente Uribe han celebrado la decisión de la CSJ confundiendo a la opinión pública, el hecho cierto es que el llamado se hizo desde una sala de instrucción, no de la sala penal, dentro del periodo de investigación. El senador Uribe no ha sido acusado ni mucho menos llamado a juicio.

Las editoriales de los periódicos y la opinión de muchos dirigentes gremiales y sociales coinciden en que hay que presumir la buena fe del expresidente y el respeto por la constitución y las instituciones. Este llamado refleja la opinión de la mayoría de colombianos. La CSJ mediante la transparencia e imparcialidad debe blindarse de la confrontación política porque de lo contrario cualquiera que sea su decisión dejará dudas.

Ahora bien, todos somos conscientes que si no prima la sensatez y el buen juicio de la oposición, si los jueces pierden la imparcialidad absoluta, si los prejuicios invierten la carga de la prueba, y si se niegan las garantías de defensa por parte del administrador de justicia dejando duda sobre lo actuado, la sociedad colombiana puede fracturarse. Basta con leer los comentarios en las redes sociales de la gente del común en un país tan polarizado para comprenderlo.

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