Demografía

Jaime Eduardo Reyes

Según el Dane y gracias a la proyección del programa de Ibagué Cómo Vamos la ciudad de Ibagué tiene una población de 564 mil habitantes, su pirámide poblacional empieza a mostrar una tendencia a la regresividad como quiera que la población entre cero y cuatro años ha disminuido notablemente al igual que la población menor a diez años. Todo pareciera indicar que Ibagué empieza a envejecerse.

El fenómeno empezó a finales de los años noventa, desde hace 20 años el éxodo de jóvenes de Ibagué se ha incrementado. Los jóvenes siempre han buscado empleos estables para disfrutar la vida y si para lograr ese sueño tienen que migrar, lo hacen.

Una situación que preocupa es que al cumplir los 25 años muchos ibaguereños empiezan a irse de la ciudad, la población disminuye significativamente de un 4,3 por ciento desde esta edad hasta un 2,8 por ciento para la población de 49 años. Este fenómeno afecta directamente al segmente de la población en edad de trabajar.

Durante su juventud, los ibaguereños están estudiando y preparándose para el mercado laboral, encuentran ofertas de estudios en los colegios, el Sena e instituciones de educación superior, pero al terminar, la falta de oportunidades laborales en la ciudad los obliga a irse.

Otra causa reciente, propia de la globalización y de los deseos de la llamada generación ‘Y’ que buscan oportunidades en otros sitios del planeta. Son los llamados ciudadanos del mundo, buscan conocer y relacionarse con otras culturas, hablan una segunda lengua, usan las redes sociales y las TIC´s.

Si esta tendencia continua tal y como se proyecta, la ciudad no va alcanzar en los próximos 15 años más de 700 mil habitantes, frenando las distintas proyecciones de crecimiento económico. Esta tendencia ya fue advertida por el estudio del DNP sobre el sistema de ciudades en donde se afirma que Ibagué no tendrá mas de 625 mil habitantes en 2035 y no más de 640 mil habitantes en 2050. Por supuesto que esta situación es clave como quiera que la proyección de la ciudad se hace con base en dichas proyecciones.

La salida de los jóvenes está agravando las condiciones de capital social local ya que las tasas de retorno de la inversión social se están recuperando en otros sitios y no en donde se causaron los gastos públicos.

El problema que surge es delicado porque es precisamente este sector poblacional el llamado a ser la principal fuerza laboral y de consumo, si este es bajo, es muy difícil que Ibagué logre tener tasas altas de producción interna bruta, de crecimiento económico y de consumo que proyecten a la ciudad hacia mayores niveles de desarrollo.

Así las cosas es urgente una política que cree oportunidades laborales y de emprendimiento para los jóvenes que terminan sus estudios técnicos, tecnológicos y profesionales. Pero no cualquier tipo de empleos, tienen que ser trabajos y ocupaciones para la autorrealización personal, su felicidad, horarios flexibles, y con tiempo para sus hobbies o para emprender.

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