El justo reclamo de los empresarios de Ibagué

Jaime Eduardo Reyes

La semana pasada, en este mismo espacio, escribí que los empresarios consideran que la relación Empresa - Estado no pasa por un buen momento, que las decisiones del gobierno están afectando el débil tejido microempresarial y que las prioridades del gobierno son distintas a las que tiene la empresa. La solicitud que le han hecho conocidos empresarios de Ibagué al presidente de la Cámara de Comercio para que demande el acuerdo del predial, y lidere y articule un plan de trabajo que los defienda de los ataques de la actual administración, ratifica mi afirmación.

Las razones que sustentan la petición de los empresarios - el progresivo deterioro económico y los constantes ataques de la actual administración al tejido empresarial - presagian que si no se mejora el clima para las empresas y los negocios en la ciudad, la economía de Ibagué en el corto plazo entrará en crisis.

Ciertamente, los empresarios tienen razón en advertir que existe en Ibagué un progresivo deterioro económico; la liquidación de empresas, el frenazo de la construcción y el comercio, el aumento del desempleo y la informalidad laboral, el incremento de impuestos nacionales y locales que asfixian, los altos costos de servicios públicos, la dificultad para hacer negocios, y el incremento de la economía popular, entre otros hechos, así lo confirman.

De otro lado no hay duda que el exagerado endeudamiento del municipio y del Ibal coloca las finanzas publicas en una situación de alto riesgo, disminuyendo la posibilidad de que la alcaldía jalone el crecimiento económico de la ciudad. Si la economía no crece, si el ingreso de los hogares no mejora, difícilmente las personas podrán pagar los impuestos, llevando a las familias a tener que vender sus pocos activos o a perderlos vía expropiación.

El reclamo de los empresarios debe ser atendido. La retribución social que las empresas le dan a la sociedad va mucho mas allá de los impuestos que pagan, contribuyen con empleos formales, apoyan al Sena y a las Cajas de Compensación Familiar, impulsan el progreso colectivo.

Tal vez quien mejor define el rol de las empresas en la sociedad es Michael Porter: “¿cuál es la dificultad para enfrentar los problemas sociales? Hay insuficiencia de recursos, es un problema fiscal. ¿dónde están los recursos de la sociedad? ¿cómo se generan recursos para lidiar los retos de la sociedad? La respuesta es muy clara: están en los negocios, toda la riqueza es realmente creada en los negocios, otras instituciones pueden utilizarlos para hacer trabajos importantes pero solamente las empresas pueden generarlos”.

Esta lógica es correcta, y por lo mismo el reclamo de los empresarios ibaguereños es oportuno y sensato, las empresas no pueden ser vistas solamente como contribuyentes, esa mirada, ese modelo, ha llevado a otros países a destruir su tejido empresarial y por ese camino ha llevado a las personas a la pobreza y la desigualdad. No hay que llegar hasta allí para comprobarlo.

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