Belisario Betancur Cuartas

Jaime Eduardo Reyes

El expresidente Belisario Betancur se enfrentó como ningún otro presidente de Colombia a la adversidad y la crisis, siendo conservador fue más liberal que muchos liberales, fue el pionero del pluripartidismo en nuestro país con su “Movimiento Nacional” priorizando las necesidades de la gente sobre el debate ideológico tan propio del pos-frente nacional, y su talante le otorgó un sitio en la historia de nuestra Patria que desborda el hecho de haber ocupado el solio de Bolívar.

No hay duda que su presidencia marcó por décadas el debate político de Colombia e influyó en el destino de la Nación. Por supuesto que habrán muchas anécdotas y opiniones alrededor de su persona como político y académico, es menester respetarlas.

Mi primer recuerdo de la política gira en torno a él, aún era yo muy pequeño cuando escuché hablar por primera vez de Belisario Betancur. En la casa en la que yo vivía de niño, el abuelo Alcides puso afiches de la campaña presidencial en todas las ventanas con la fuerte convicción de que en esa ocasión “sí se podía”. En el barrio en el que yo nací y crecí, el San Pedro Alejandrino, varios líderes lo apoyaban, durante esa campaña escuché por primera vez a un dirigente político -el senador Jaime Pava Navarro- hablar sobre el deber de participar en democracia y lo crucial que era elegirlo presidente. La promesa de campaña “Sí se puede” darle a los pobres casa propia sin cuota inicial fue la genuina expresión sobre la preocupación que tenía Betancur por la desigualdad social.

Hoy, uniendo los puntos hacia atrás, reflexiono sobre lo difícil que debió ser para el presidente Betancur responder como jefe de Estado a desdichas como la toma del Palacio de Justicia o la tragedia de Armero. Trabajar toda la vida por la Patria buscando ser presidente para conseguir la paz y el progreso para la gente y tener que enfrentarse a un hecho que pretendía desestabilizar el Estado Nacional y las instituciones, y a la muerte de decenas de miles de personas en tan sólo 15 días, debió ser demoledor.

Aun así, Betancur tuvo la capacidad de sobreponerse a la adversidad preocupándose por los temas de la megapolítica –como le escuché decir hace unos cuantos años en la Universidad de Ibagué- apoyando con total empeño la búsqueda de la paz.

Hoy, tras su fallecimiento, deseo recordarlo con una de sus frases: “para el ser humano lo más enaltecedor es pedir perdón, yo lo he hecho y lo haré, porque el perdón dignifica”.

No hace mucho, fui testigo presencial del acto de perdón ante la familia del inmolado Alfonso Reyes Echandía, ese día comprendí que la paz empieza en nuestro propio ser y que el perdón es fundamental para alcanzarla. Creo que el expresidente falleció tranquilo consigo mismo y con la sociedad, paz en su tumba.

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