El Tolima que todos soñamos

Jaime Eduardo Reyes

El pasado sábado finalizaron las inscripciones de candidatos para la elecciones regionales de 2019, centenares de personas se inscribieron para las corporaciones públicas, Asamblea, Concejo, comunas, decenas para las alcaldías, y cuatro para la Gobernación del Tolima. A todos ellos muchos éxitos en sus campañas, su fortaleza electoral será la fortaleza de la democracia.

Y es que nuestro sistema político, aún inmaduro, necesita que a estos candidatos les vaya bien, y no es solamente que logren una muy buena cantidad de votos y que se logre disminuir la abstención sino que además se les vea con credibilidad y respeto por parte de los electores.

El oficio de la política es muy duro, sólo basta entrar a ella para que inmediatamente muchos sean graduados de pícaros y ladrones, desafortunadamente la política es sinónimo de corrupción. Muchos funcionarios llegan a robar y a saquear el presupuesto público, las permanentes denuncias así lo demuestran, de la misma forma lo hace los procesos adelantados por los órganos de control.

Por este motivo es que la lucha contra la corrupción tiene que estar presente en el debate político de los candidatos y de la propia gente. Todos soñamos un Tolima sin corrupción, en donde no se pierdan los impuestos que pagamos los contribuyentes, en donde estos se usen para resolver los problemas de la gente, para impulsar el empleo, para mejorar las vías, para atender a los enfermos, para mejorar la calidad de la educación.

Hace cuatro años los altos niveles de corrupción llevaron a la gente a colocarla en el primer lugar de las preocupaciones al momento de elegir el candidato, ahora, aunque sin los escándalos que por esos días nos agobiaban, este fenómeno sigue estando en el radar de los tolimenses, y si no estuviera recomiendo ponerle atención. Los tolimenses, en cada uno de nuestros 47 municipios, tienen que cerrarle la puerta a los corruptos, no se puede votar por alguien que tenga asomos de tolerar la corrupción, ni haberla tolerado.

Por supuesto que alcanzar una sociedad sin corrupción es difícil, el sistema es tolerante con este fenómeno, y lo es en todos los niveles del estado, y participan muchas personas en este, inclusive muchos que están allí para controlarlo y luchar contra este y no lo hacen.

La corrupción se nutre de la pobreza, y la crea al mismo tiempo, por eso necesitamos que haya más educación y empleo. Las personas educadas y con empleo se pueden resistir a la corrupción, pueden romper los lazos con políticos corruptos. Por eso todos soñamos un Tolima educado y con más empleo, no es sólo un tema de supervivencia personal, es un tema de supervivencia social, de mejorar las condiciones para nuestros hijos y nietos.

Un Tolima sin corrupción, educado y con empleo, sin lugar a dudas es los que todos soñamos para nuestro departamento.

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