¿Voto finish?

Hugo Rincón González

A pocos días de realizarse la segunda vuelta presidencial, el ambiente político en el país está tremendamente polarizado y la opinión de las personas está orientada en dos direcciones contrapuestas. Existen sobre el papel dos opciones bien diferenciadas sobre lo que debería ser la organización de la sociedad colombiana. Por un lado la de Iván Duque, que defiende privilegios de los que siempre han detentado el poder y que agrupa a toda la clase política asociada con la corrupción y la politiquería, además de juntar a más de uno que está acusado y condenado por violación de los Derechos Humanos, y por otro lado, la de Petro, una opción que ha sido extraordinariamente estigmatizada y que sin maquinaria alguna representa a las nuevas ciudadanías que rechazan la clase política tradicional y que reivindica una Colombia humana con mayor inclusión y oportunidades para todos.

Hacía tiempo no se presentaba una campaña política que pusiera a los colombianos a debatir los asuntos de real importancia más allá de la guerra contra las Farc. En la mayoría de los rincones de la geografía nacional, la gente discute con vehemencia de política. Algunos utilizan los argumentos del miedo y del odio para defenestrar al candidato que propone reformas sociales, mientras que otros se esfuerzan en hacer pedagogía con sus contradictores alrededor de las propuestas que hablan de un país que promueva las energías alternativas, defienda los acuerdos de paz y promueva la lucha contra la desigualdad, entre otros.

Los medios de comunicación y especialmente las encuestas han jugado un papel fundamental en la generación de opinión. Hasta donde conozco, nunca antes había existido por parte de los medios masivos una actitud tan sesgada en contra de un candidato y en beneficio de otro. Las entrevistas de los más importantes periodistas parecían juicios y condenas cuando el entrevistado era Gustavo Petro, mientras que eran baladíes y superficiales cuando el que contestaba sus preguntas era Iván Duque. Esto por supuesto no es novedad cuando se indaga de quien son los medios de comunicación y qué intereses defienden, ejemplo de ello es la editorial dominical de El Tiempo que sin ruborizarse toma partido por el candidato de la clase política tradicional.

Las encuestas profundizan la información o desinformación según se juzgue. Hay algunas de ellas que refieren diferencias entre Duque y Petro de 20 puntos, lo que induce a que el elector piense que la contienda ya está decidida. Sin embargo, las últimas dos que se conocen de Datexco y el Celag, solamente muestran una diferencia de 5 puntos entre los candidatos, generándose una gran incertidumbre, especialmente si se tiene en cuenta que lo hacen días antes de producirse la adhesión política a la campaña de Petro de figuras tan importantes del voto de opinión como Mockus y Claudia López.

Esta última semana será crucial para ambos candidatos. Si hay debate televisado entre ambos, los últimos indecisos podrán definir el rumbo de sus votos y resolver el resultado final de la contienda. Se dará una disputa de cada departamento, municipio, comuna, corregimiento, localidad y barrio. Serán los jóvenes con su alegría, los afrodescendientes con su sabor, los campesinos, las víctimas con sus esperanzas, los indígenas y los intelectuales los que se impongan con Petro, o por el contrario, será la clase política toda, que ha gobernado siempre, junto con los empresarios, banqueros, terratenientes, medios de comunicación y algunos sectores populares los que triunfen con Iván Duque.

Lo que debemos entender es que esta elección es una de las más importantes de la historia de Colombia, que nos jugamos el rumbo de nuestra sociedad y en esta última semana podríamos decir metafóricamente como dicen en la hípica, los dos caballos en competencia están cabeza a cabeza, en tierra derecha y se acercan a la meta, así las cosas, el próximo 17 de junio se daría un voto finish.

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