Defendamos la universidad pública

Hugo Rincón González

A los que somos egresados de la Universidad del Tolima, nos duele profundamente la situación de crisis que atraviesan todas las universidades públicas que existen en el país por el déficit financiero que atraviesan en medio de la mirada indolente del Gobierno quien en la actualidad tiene otras prioridades como aumentar significativamente el presupuesto del gasto militar. Se entiende que para los gobernantes, es más importante que sigamos pensando en la guerra incluso con un país vecino, que educar a miles de colombianos de escasos recursos que tienen una oportunidad de ascender socialmente a través del beneficio de estar en un alma máter de naturaleza gubernamental.

Nuestra universidad pública regional ha hecho posible la formación de miles de estudiantes del departamento y de otras regiones del país que encuentran en la Universidad del Tolima una oportunidad para su formación académica profesional. Cómo no recordar por ejemplo que, en la década de los ochenta del siglo anterior, fue famosa una colonia de costeños que se alojaban en las residencias universitarias y se alimentaban en el restaurante a un precio razonable para la capacidad adquisitiva que tenían y tienen los estudiantes de los sectores populares. Estos mismos beneficios los teníamos también los que procedíamos de los diversos municipios de nuestro departamento. Sin duda, sin la naturaleza pública de la universidad, difícilmente muchos de los profesionales actuales habríamos podido cumplir nuestros sueños de alcanzar una formación disciplinar.

Cuando leemos la información acerca de la situación financiera de las 32 universidades públicas, no podemos hacer algo diferente a preocuparnos por su situación dramática y calamitosa. El déficit en funcionamiento asciende a 3.2 billones de pesos y 15 billones de inversión.

Se señala como una de las causas de la desfinanciación de la universidad pública a la Ley 30 de 1992, que establece que el incremento de la inversión en la educación superior depende del índice de precios al consumidor IPC, luego con el Decreto 1279 por el cual se establece el régimen salarial y prestacional de los docentes de las universidades estatales, surgieron las dificultades, pues no se tuvo en cuenta el aumento de los salarios de la planta docente, que anualmente crece según el escalafón y los artículos científicos publicados por los profesores en revistas indexadas, según los analistas esto genera una diferencia significativa entre ingresos y gastos.

Hay otras causas que tienen que ver con la situación financiera de la universidad pública entre las que se deben destacar: 1) el programa Ser Pilo Paga que orientado a un número pequeño de estudiantes ha contribuido a fortalecer a la universidad privada pues en ella estudian la mayoría de los beneficiados; 2) la utilización de los recursos para la ciencia y la tecnología en las vías 4G; 3) la priorización por parte de los gobiernos de otros sectores; y, 4) los problemas de corrupción, clientelismo y politiquería que se han denunciado en casi todas las regiones.

La universidad pública ha tenido una función social y humanista. Ha jugado un papel en la transformación de la sociedad en la medida en que ha sido el espacio del conocimiento, de los debates, del pensamiento crítico, la investigación y la transformación social. Ha sido un reflejo de nuestro país en su conjunto, sus contradicciones, luchas, crecimiento, resistencia, espacio para la construcción de la democracia y la dignidad.

Por toda esta situación de crisis de la universidad pública, se está promoviendo para este miércoles 10 de octubre, una gran marcha entre profesores, estudiantes y ciudadanos. La idea es que en todos los rincones del territorio nacional se de esta movilización en defensa de la educación pública universitaria para exigir recursos que garanticen la superación de la crisis financiera y se pueda seguir brindando una alta calidad en la formación de los estudiantes. Al mismo tiempo se desarrollará un foro en el Congreso de la República por la dignidad de la educación superior.

Según algunas informaciones en Colombia, sólo el 40% de los jóvenes del estrato uno culmina la educación media y tan solo el 10% de ellos logra ingresar a la educación superior, por ello debemos defender la universidad pública para no seguir condenando a nuestra juventud a la pobreza, la marginalidad y la miseria.

La universidad pública es un patrimonio de todos, por ello movilicémonos en su defensa.

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