En marcha la Comisión de Esclarecimiento de la Verdad

Hugo Rincón González

En el recinto de Corferias, el pasado jueves se puso en marcha la Comisión de Esclarecimiento de la Verdad CEV. En el acto estuvieron presentes representantes de las víctimas, exguerrilleros de las Farc, exparamilitares, miembros de la fuerza pública y empresarios. La gran ausencia fue la del presidente de la República quien priorizó otro compromiso, a pesar de que en todas sus intervenciones en el pasado reciente viaje a Europa, manifestaba su total apoyo a la implementación de los acuerdos del Teatro Colón.

Los actores mencionados que si estuvieron presentes, coincidieron en la necesidad de que la CEV construya un relato histórico de una manera colectiva con todas las voces de los participantes en el conflicto armado y que, por ende, el mismo sea incluyente, buscando dejar atrás la violencia como mecanismo para la resolución de los conflictos.

Para la CEV el trabajo no será fácil, especialmente si tenemos en cuenta que existen sectores sociales, empresariales y políticos que no tienen interés en que la verdad se conozca y que en este periodo han estigmatizado e intentado destruir a este órgano transitorio, tildándolo de tener sesgo ideológico y político en contra de las fuerzas armadas y afín a la extinta insurgencia.

En este comienzo de labores de la CEV, es bueno recordar las palabras que hace poco más de un año expresara en su columna el hoy presidente de esta Comisión, el padre Francisco de Roux : “… Se trata de la verdad de todas las víctimas, a partir del dolor general, porque no hay colombiano que no haya sufrido en sí mismo o en su familia, amistades, organizaciones, el golpe de la violencia. No es una comisión contra nadie. Es contra la mentira”.

La CEV tendrá un desafío enorme para realizar su trabajo en las regiones. El encuentro con las víctimas será complejo y emotivo, por el dolor y la rabia que seguramente existirá en muchas de ellas. La Comisión deberá poner a funcionar una metodología que permita escuchar las diferentes voces de los actores que estuvieron relacionados con el conflicto armado, evitar nuevas revictimizaciones y avanzar en la construcción de un proceso de reconciliación que tanto necesita el país.

Conviene reiterar que la Comisión debe esclarecer las causas del conflicto armado, las responsabilidades en la guerra no solamente de los combatientes sino también de terceros que jugaron un papel en ella, el impacto de la violencia y la pregunta de por qué pasó lo que pasó, es decir encontrar las razones para que se haya mantenido durante más de cincuenta años.

La CEV abrirá 26 espacios físicos distribuidos en nueve regiones que llamará Casas de la Verdad. Estarán presentes en la Región Caribe e insular; Costa Pacífica; Antioquia, Córdoba y la Región Cafetera; Región Surandina: Valle, Cauca, Nariño, Putumayo y Magdalena Medio; Noroeste: Santander, Norte de Santander, Arauca, Casanare; Región Central: Boyacá, Cundinamarca, Tolima y Huila; Suroriente: la Orinoquía y la Amazonia; y Bogotá D.C. En estos sitios se recogerán los testimonios de las víctimas, se harán las investigaciones de los hechos, además de encuentros de convivencia entre víctimas y victimarios.

Como la CEV hace parte del Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No repetición, las personas que estén vinculadas a la Jurisdicción Especial para la Paz JEP tienen la obligación de acudir a los llamados que haga la Comisión, el aliciente es que, si cuentan toda la verdad, tendrán incentivos en la disminución de las penas.

La Comisión de Esclarecimiento de la Verdad necesitará apoyo, respaldo y acompañamiento en las diferentes regiones para poder desarrollar su trabajo, por ello desde ya se propone constituir una Coalición por la Verdad con organizaciones que estén dispuestas a comprometerse en esta labor, que tengan claro las funciones y los alcances de la CEV para coadyuvar al cumplimiento de esta gran apuesta por la reconciliación, la convivencia y la paz del país.

Nadie dice que el logro de la paz es fácil, como dicen ciertos personajes, es más fácil hacer la guerra porque da más réditos políticos, por ello el reto es avanzar en la implementación del acuerdo y mantener lo alcanzado hasta el momento.

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