Sucesos 2020

Hugo Rincón González

Este año 2019 fue pródigo en acontecimientos, algunos positivos y otros francamente deplorables, que hacen que Colombia sea sin igual en el concierto internacional. En un día suceden cosas que en algunos países del norte de Europa por ejemplo, pasarían en diez años. De todo podemos quejarnos menos de que nuestra realidad por lastimera que sea no se mueva a una velocidad muchas veces inverosímil.

En 2020 podrían anticiparse algunos sucesos que desde ya marcan una tendencia. Me atrevería a anticiparme a algunos como los que a continuación voy a referir:

1. Desde el mismo comienzo del año se retomarán las movilizaciones ciudadanas que transitoriamente han bajado de intensidad por las fiestas decembrinas. Ante la actitud indolente y desafiante del Gobierno nacional que ha hecho caso omiso a las demandas sociales, arreciará la protesta en las ciudades y seguramente se vincularán los movimientos sociales del sector rural que hasta ahora no han tenido una participación importante.

2. El protagonismo del movimiento social seguirá en los jóvenes. Con su alegría, sus multicolores expresiones estéticas continuarán marcando el ritmo de la protesta social. El Esmad seguirá siendo el instrumento de la represión que confrontará a la juventud inconforme e indignada.

3. Seguirán apareciendo los espantosos hallazgos de las fosas comunes y del efecto devastador que significaron los falsos positivos de la tristemente célebre política de seguridad democrática. Estos hallazgos harán que los partidos de la extrema derecha arremetan con mayor ferocidad con el propósito de acabar con la JEP y contra la posibilidad que haya una justicia que juzgue a los militares implicados y a los terceros participantes del conflicto armado del país.

4. Seguirá avanzando el trabajo que viene realizando la Comisión de Esclarecimiento de la Verdad -CEV-, sin mayor apoyo del Gobierno nacional, pero con el respaldo técnico y financiero de la cooperación internacional, especialmente de la Unión Europea que tiene más de veinte años apoyando la construcción de paz en el país.

5. Perdurará la pugna por garantizar la participación de las víctimas en el Congreso de la República a través de la circunscripción especial de paz. El gobierno se mantendrá en su posición obtusa de desconocer el espíritu del acuerdo de paz en este aspecto, y la bancada propaz compuesta por senadores y representantes que apoyan este proceso, insistirá en los 16 escaños que fueron acordados.

6. Aprobada la reforma tributaria con las escandalosas exenciones y gabelas para los sectores más ricos, se podrá comprobar una vez más que ésta no genera empleo y que por el contrario la tasa de desempleo y la informalidad de la economía seguirá creciendo.

7. El presidente Duque seguirá de capa caída con la ciudadanía y su popularidad seguirá siendo deprimente, al igual que la del senador Uribe que verá como el efecto teflón que lo recubría seguirá languideciendo cada vez más, tanto así que anunciará que no se presentará nuevamente como aspirante a continuar en el Congreso nacional.

8. Colombia vivirá antes que este gobierno cumpla el segundo año, el surgimiento de los candidatos presidenciales. Fajardo seguirá con su estilo “ni-ni”, ni a favor ni en contra, ni me subo, ni me bajo. Petro seguirá siendo el referente más destacado de la oposición con perfil para repetir su aspiración. Los Char querrán que Colombia sea la tierra de charlandia. Vargas Lleras se insinuará nuevamente pero su impopularidad habrá crecido por haber entrado a hacer parte de un gobierno desprestigiado.

9. A nivel internacional Colombia estará alineada en la política de cercar, aislar y remover el gobierno de Maduro en Venezuela. Se mantendrá el gobierno en la pretensión de jugar un liderazgo que no tiene al interior del país.

10. Continuará el desprestigio absoluto del Congreso y de la justicia en Colombia. Aparecerán nuevos escándalos que seguirán mostrando la catadura sinvergüenza de estas instituciones.

11. La ciudadanía seguirá en un hartazgo de estos sucesos y se hará sentir como nunca para tratar de revertir una sentencia que algún título literario expresa y es que “… al pueblo nunca le toca”. Esta vez querrá que sea diferente y que Colombia empiece a cambiar positivamente para imaginar un nuevo y mejor futuro. Un futuro que aunque no sea feliz, por lo menos sea más incluyente y solidario.

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