Alianza pacto histórico - Cambio radical - Cuarta parte

Rodrigo López Oviedo

En la última reunión de la cúpula del Pacto Histórico en el Tolima se dieron algunos indicios de cómo se desinflan las intenciones de quienes quieren inyectarle a esta convergencia una candidatura de derecha, la de Sandra Salazar Martínez, dirigente de Cambio Radical.
PUBLICIDAD

Lo curioso es que los padrinos de esta diluida candidatura se estén limitando a dejarla morir, asustados ante las reacciones que suscitaron con su soterrada postulación. Guillermo Alfonso Jaramillo, padre de la iniciativa, fue el primero en decir “ese muerto no lo cargo yo”, y todo parece indicar que ni Nayib Salazar, ni ninguno de los demás responsables, se harán sentir con las flores y los rezos que de tanto uso son en entierros como este. Escurrirse ante el fracaso les parece una buena táctica.

Claro que en este comentario puede haber más de deseo que de realidades. En política lo único cierto es lo que ya pasó, y hasta no ver, no creer. Por ello, no comenzaré a disfrutar de esta dicha hasta no ver protocolizada en la Registraduría la lista de los candidatos sobrevivientes; mientras tanto, continuaré con la guardia en alto, actuando siempre en salvaguarda del Pacto Histórico y dentro del propósito de evitar que los votos de la izquierda y sectores democráticos sean canalizados hacia la elección de personajes hostiles a sus postulados.

Viene haciendo carrera la absolutización de un postulado que solo es valedero dentro de límites muy estrechos. Tal postulado dice que la unidad se acuerda entre diferentes; que entre iguales ya la hay, y no hay que acordarla. Pueden tener razón. Sin embargo, deberían aclarar que tales “diferentes” tienen que tener puntos de interés comunes, y que es en torno a tales puntos que deben girar los acuerdos; es decir, que el compromiso se firma no porque las partes sean diferentes, y menos si son enemigas, sino porque, en medio de las diferencias y las enemistades, hay puntos de interés coincidentes.

En medio de un debate electoral, Cambio Radical y Pacto Histórico no tienen ninguna coincidencia. Cambio Radical defiende el modelo neoliberal, confronta los acuerdos de paz, es indiferente ante la depredación de la naturaleza, toma partido a favor del capital y en contra de los trabajadores, su antídoto contra la protesta social es la represión y lleva la corrupción en sus venas. Cambio Radical y Pacto Histórico son pólvora y candela. Y si en algo coinciden es en su brega por hacer mayorías en el Congreso. No puede ser, entonces, que con los votos del Pacto Histórico vayamos a contribuir a que esa necesidad común se resuelva a favor de Cambio Radical.

 

RODRIGO LÓPEZ OVIEDO

Comentarios