¿Votar en blanco?

Rodrigo López Oviedo

Una pregunta que deberíamos hacernos los simpatizantes del Pacto Histórico es: ¿Qué hacer ante la actitud impúdica de la mayoría de sus dirigentes en el Tolima, que han dejado mancillar la que será su lista a la Cámara al permitir la inclusión de un personaje ajeno al proceso de cambios que el Pacto encarna, como es la señora Sandra Salazar Martínez?
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Por supuesto que este es un interrogante nada fácil de contestar. Son muchas las ilusiones que con tal proceso nos hemos hecho infinidad de colombianos, y grandes los esfuerzos realizados por destacados dirigentes del sector democrático, aunque también por otros no tan democráticos, como para arrojar todo por la borda y dejar que sean los mismos que tienen al país patas arriba los que lo sigan envileciendo con sus políticas neoliberales, guerreristas, depredadoras, anti patrióticas y corruptas.

Sin embargo, hay que buscar respuestas, y lo primero en ocurrírseme es que debemos perseverar en tal proceso, especialmente en sus dos objetivos inmediatos, obtener la presidencia de la República y conformar una bancada mayoritaria en el Congreso, pues solo armonizando estos dos poderes en torno al proyecto programático definido podremos esperar las anheladas transformaciones.

Pero debe ser una perseverancia racional; una perseverancia que no pase por alto que tales cometidos no se podrán lograr si los dejamos en manos de congresistas hostiles a los mismos, como nos ocurriría con el sapo envenenado que nos quieren hacer tragar los Guillermo Alfonsos y los Nayibes con su co partidaria, la candidata de Cambio Radical arriba mencionada.

Por eso, consecuente con lo anterior, cuando el peligro de la inclusión de la mencionada señora parecía inminente, sugerí que la lista fuera cerrada y que a ella le asignáramos generosamente el penúltimo lugar. Esta propuesta todavía está en el ambiente, pero no debemos hacernos muchas ilusiones. Las expectativas que ofrecen las distintas organizaciones conformantes del Pacto dan para pensar que no será de buen recibo, excepto para la Junta Municipal de la UP, que es la única de las fuerzas que ha manifestado su rechazo a tan indeseable compañía.

¿Qué hacer entonces si no se logra sacar airosa la insinuación anotada? Pues, en tal caso, no quedará más remedio que acudir a la lógica y convocar a los electores a votar en blanco a la Cámara, pues si no somos capaces de llevar allí a un representante consecuente con nuestros propósitos, mal haríamos al elegirlo contrario a ellos. Esta es la única opción que nos queda, así no aportemos a la conformación de mayorías en tal célula legislativa; dadas las circunstancias, con que lo hagamos solventemente para Presidencia y Senado de la República podremos darnos por satisfechos.

 

RODRIGO LÓPEZ OVIEDO

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