El Cpdh en el Tolima

Rodrigo López Oviedo

La constitución de la seccional Tolima del Comité para la Defensa de los Derechos Humanos es uno de esos hechos que confortan.
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El CPDH, como también se le conoce, es una organización creada en 1979 en respuesta a la ola represiva desatada por la dupla Turbay Ayala – Camacho Leyva contra las libertades públicas y los derechos ciudadanos.  Fueron tiempos en los que se volvieron recurrentes los allanamientos y detenciones sin fórmula de juicio, las reclusiones en guarniciones militares y las torturas, procedimientos ante los cuales corría alta posibilidad de caer quien quiera que hiciera pública su oposición al gobierno.

Uno de esos casos fue el del poeta Luis Vidales, el cual generó una encendida reacción por tratarse de un bardo casi nonagenario, a quien no hacía mucho el gobierno soviético le había conferido el Premio Lenin de la Paz. Esto dio para que personajes como Alfredo Vásquez Carrizosa, Gabriel García Márquez, Gerardo Molina, Gilberto Vieira y muchos otros procedieran a crear una organización que levantara la voz contra ese clima de terror, que hacía que la derecha colombiana fuera vista superior en crueldad a la que exhibían las dictaduras del Cono Sur.

Esa organización fue el CPDH, cuya fundación es hoy considerada un hito democrático en la historia del país, al cual no quieren renunciar otros adalides, como las señoras Ruth Nieto y Deinedt Castellanos, y los señores Martín Sandoval, Gilberto Salinas y otros más, a quienes les corresponde el honor de haber sido los gestores de la fundación del CPDH Seccional Tolima.

Es un honor muy merecido, pero al cual, en su modestia, los portadores muy seguramente no le darán la trascendencia que tiene. Es bueno que se la den, pues viene acompañado del gran reto de mantener vivo el propósito inicial, el cual no ha perdido vigencia, como lo demuestran las acciones criminales que se han dado durante el gobierno de Duque contra las movilizaciones sociales, y que, para el caso del Tolima, han dejado numerosas víctimas, entre ellas Santiago Murillo, asesinado cuando apenas frisaba en los 18 años.

Por supuesto que los 40 delegados -con significativa presencia de la juventud y de las mujeres-, que en representación de 16 municipios levantaron sus credenciales en la Asamblea, también tienen motivos para participar de ese honor, así como entidades y organizaciones como la Oficina de la ONU para los Derechos Humanos, la Defensoría del Pueblo Regional Tolima, la Corporación Jurídica Humanidad Vigente, la Coordinación Colombia – Europa, la Brigada Jurídica Eduardo Umaña Mendoza, la Corporación Cacique Calarcá, la CGT, Simatol, Sindesena y Sindes, que contribuyeron con su patrocinio y acompañamiento a tan feliz alumbramiento. Felicitaciones.

 

RODRIGO LÓPEZ OVIEDO

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