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Llama la atención el que peores hechos no hayan merecido ningún reparo de los hoy tan ofendidos personajes. ¿Será que no sintieron nada cuando Rodolfo Hernández, al acoger sus respaldos, los hubiera llamado prostitutas al decir que “yo recibo a la Virgen Santísima y todas las prostitutas que vivan en el mismo barrio con ella”? ¿Será que no se sintieron aludidos con tan denigrante término? ¿Será que creyeron que con la invocación a la Virgen su nuevo amigo se estaba refiriendo a ellos? ¿Será que no los mortificó el que el mismo personaje a quien hoy respaldan se hubiera confesado admirador de Hitler y que con sus ramplonas actuaciones esté dando muestras de que no es solo admiración? ¿Será que no les causa escozor el que este hombre, ahora tan cercano al cetro presidencial, manifieste poder meterse las leyes por el … (prefiero decir que por donde salen las diarreas)?
Sería bueno que estos Ficos y Fajardos, en lugar de fingirse escandalizados y agredidos por unas afirmaciones carentes de todo riesgo, le cerraran el paso a este señor, que ha demostrado ser un ignorante supino en asuntos estatales; que está imputado por corrupción en casos como el de Vitalogic; que le parece “una delicia” someter a 15 años de intereses a un “hombrecito” al que muy seguramente le vendió por 100 millones un lotecito de 5 por 8; que ha hecho del lenguaje violento y las amenazas detonantes su método preferido de convencimiento y cuyo espíritu democrático se reduce a gobernar bajo Estado de Conmoción Interior.
Será que a estos Ficos y Fajardos no los horroriza que alguien así pueda llegar a dirigir los destinos de la nación, como aparentan sentirse horrorizados por una reunión de hace 10 meses del Pacto Histórico? Cómo se les nota que lo que resuman es odio contra Petro y total indiferencia por los destinos de la patria.
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