En un acto de singular importancia, celebrado en Bogotá el sábado y domingo pasados, fue exaltado a la condición de Candidato al Senado un tolimense ejemplar, demócrata sin mácula y revolucionario de mil batallas.
Quienes vivimos convencidos de que son las masas las hacedoras de la historia, como lo enseñara Carlos Marx, superlativo ideólogo del proletariado mundial, a cada paso encontramos razones para confirmarnos en nuestra convicción, bien contraria, por cierto, a la que nos presenta los hechos históricos como el producto de la genialidad.
A los colombianos nos viene sucediendo con mucha frecuencia que, al recibir informes sobre el estado del país, tengamos que sufrir la mentira como mecanismo de ocultamiento.
Desafiando a las instituciones republicanas, pero sobre todo a la voluntad popular que se expresó el pasado 14 de abril a favor de Nicolás Maduro con cerca de 300 mil votos de diferencia, los jefes de la oligarquía venezolana, representada en la figura de Henrique Capriles Radonsky.
Henrique Capriles Radonsky, actuando en representación de las oligarquías venezolanas, de sus grandes medios y de las multinacionales del Imperio, casi logra este 14 de abril, con 7,3 millones de votos, abrirle un paréntesis al proceso revolucionario que hace 14 años inaugurara el más grande de los venezolanos nacidos en los últimos 200 años, el presidente Hugo Rafael Chávez Frías.
El día de hoy es de encuentro de nuestro país con su pasado, su presente y su futuro. En torno a estos tres tiempos gira la gran movilización que viviremos en diferentes lugares del país, pero especialmente en Bogotá.
Sintonizada en el momento político que vive el país, la jerarquía eclesiástica aprovechó el cambio de señales provenientes de Roma para exhortar a los colombianos a respaldar los diálogos de La Habana. Según los altos prelados, estos diálogos deben adelantarse con mayor celeridad “porque no podemos permitirnos el lujo de estarnos años ahí sentados dialogando casi de espaldas al país".