Invierno en Colombia

Después de la jornada electoral en Venezuela, llego el invierno a Colombia, empezaron a llover defensores de la democracia, de la soberanía, críticos a los fraudes electorales, analistas políticos y opinólogos que como en una plaza de mercado, gritan y gritan para que el país escuche sus vedadas opiniones sobre el fraudulento, coaptado, ilegítimo y socialista.

Después de la jornada electoral en Venezuela, llego el invierno a  Colombia, empezaron  a llover defensores de la democracia, de la soberanía, críticos a los fraudes electorales,  analistas políticos y opinólogos que como en una plaza de mercado, gritan y gritan para que el país escuche sus vedadas opiniones sobre el fraudulento, coaptado, ilegítimo y socialista (como si esto fuera un insulto) sistema político venezolano. Aquellos ultra demócratas, que se supondría llevan las banderas del pluralismo, guardan silencio ante un ataque más vil y cercano contrala verdadera democracia: La caída de la ley que busca el matrimonio igualitario. 

Es indignante escuchar que en una democracia como la colombiana, que en términos de los acérrimos críticos al modelo venezolano, es abierta y pluralista se hable aun de argumentos ius naturalistas y religiosos, se hable aun de la familia como una unión exclusiva entre hombre y mujer por mandato divino. 

Cuando Nicolás Maduro afirmó haber tenido una revelación por medio de un pajarito del espíritu del expresidente Chávez, volvió el invierno a Colombia, llovieron agnósticos, ateos, racionalistas radicales que como en un mercado de pulgas,  ofrecían un calificativo para Maduro: ignorante, imbécil, loco. Sin embargo, aquellos racionalistas radicales y agnósticos de corazón que se supondría llevan las banderas del pragmatismo, apoyan con su silencio argumentos como: “Dios dijo que la familia es hombre y mujer” o “Que dos hombres se amen es una aberración a las leyes de Dios”. 

Es indignante escuchar que en una democracia como la colombiana, que se jacta de ser abierta y pluralista se hable aun de la superioridad del hombre frente a la mujer o resuenen voces contra la igualdad en derecho de las parejas del mismo sexo.

Cuando se avecinan investigaciones judiciales contra algunos miembros de la oposición venezolana por la presunta incitación a la violencia al convocar las marchas, regresó el invierno a Colombia, llovieron abogados, juristas y constitucionalistas que buscaban defender con su vida el estado de 

Derecho, la ley, la constitución y los convenios internacionales. Estos paladines del derecho, que acusaban al gobierno venezolano de maltratar la constitución, de acomodar la ley a su favor, de desconocer los principios democráticos y que deberían llevar las banderas del imperio de la ley y del respeto a la carta magna, apoyan con su  silencio, el maltrato a la Constitución abierta, incluyente y laica como lo es nuestra Constitución del 91 y el incumpliendo a las sentencias de la Corte Constitucional. En calidad de ciudadano, estudiante, demócrata y progresista no pretendo apoyar o criticar la democracia venezolana ni caer en el círculo vicioso de la intolerancia, mi objetivo es defender la democracia, la diversidad, la constitución, el estado laico e incluyente 

Mi anhelo es que cuando llegue el invierno en Colombia, lluevan defensores de la democracia, ciudadanos participativos y tolerantes, ciudadanos que luchen con argumentos reales. Espero que cuando llegue el invierno a Colombia, llueva para Colombia y no llueva para Venezuela o Cuba.

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