¡La globalización está en crisis!

Julián Ricardo Rodríguez Soto

Si de algo hemos podido evidenciar en los últimos dos años son los problemas asociados con la globalización, aun cuando en las imágenes televisivas solo vemos las consecuencias y pocas veces nos dejan ver el coloso que hay detrás de las noticas migratorias y de búsqueda de oportunidades de los habitantes del planeta.

Tal vez la imagen más cruda y recordada de la crisis de la economía global y migratoria, es la del niño de origen Sirio que murió ahogado con 11 personas más, antes de llegar a Grecia, (El Tiempo, 2015). Pero la reflexión debe ser más profunda y debe llevarnos a pensar que hay detrás de la intencional búsqueda de millones de personas que cada año intentan dejar sus lugares de orígenes en busca de una nueva vida, aun cuando el costo sea fracturar sus vínculos familiares, sociales y culturales; Lo que hay de tras de ello es una crisis del concepto de globalización.

Hace menos de 20 años inicio en Latinoamérica y un poco antes en el mundo un desbordado interés de globalizar la economía, una idea que en teoría pudo haber sido buena, pero hoy está en crisis. Por tanto, el panorama de la globalización que en sus inicios se publicitó como una oportunidad para la apertura de nuevos mercados y para llegar a más habitantes del mundo con oportunidades está fracturado. Esto indica que el desafío más tangible para la globalización económica radica en el recurso humano, la región de Europa enfrenta hoy una desbordada entrada de habitantes del medio oriente y de África huyendo del conflicto y en busca de mejores oportunidades, que conllevó con la consulta del Brexit, la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea. Además del Reino Unido, la gobernabilidad de la canciller Ángela Merkel estuvo en vilo al aceptar el ingreso de inmigrantes a territorio alemán En América las cosas no son diferentes, las regiones con mayor migración hoy son Venezuela y Cuba y en una porción menos significativa Haití, los habitantes de estos países junto a otros tanto de América Latina buscan de forma incesante la manera de llegar a los Estados Unidos o a otras regiones donde a su juicio tengan mayores oportunidades.

Por su parte México enfrenta hoy su propio calvario, la llegada del presidente Donald Trump que centró su promesa de gobierno en retornarle a los Estadounidenses la posibilidad de volver a tener el sueño americano a costa de no permitir la migración desbordada y la inversión en programas sociales para inmigrantes. Trump pese a que no ganó el voto popular, pudo obtener los votos del legislativo y hoy es el nuevo anfitrión de la Casa Blanca, su puesta en marcha no se ha hecho esperar y hoy tiene en vilo las relaciones comerciales con su principal socio y vecino, México, por cuenta de la construcción de un muro que pretende dividirlo.

Esta crisis deja dos grandes enseñanzas, la primera es que las negociaciones de apertura económica y mercados globales, siempre se han hecho en inequidad de oportunidades, cuando dos o más negocia siempre cada uno va querer obtener la maximización de sus expectativas y cuando hay diferencias económicas marcadas, como el acuerdo entre México y USA, el grande tiene poder dominante en la negociación, lo que no sobra decir genera inequidad; la segunda es que la globalización siempre será mezquina en acuerdos migratorios y de movilización humanas, porque a los empresarios solo les interesa la apertura y la colonización de nuevos mercados. Por ende, la globalización es económica y no humana.

Esto indica, que para que el ser humano pueda ser un habitante globalizado, tendrá que romper no solo las ataduras sociales, ideológicas y culturales propias de su lugar de origen, sino que el mundo económico y sus líderes tendrán la difícil tarea de romper las barreras económicas y de maximización individual, que rayan incluso en el egoísmo y la mezquindad. Solo la historia dirá cuál de las dos barreras es más fácil de romper.

*Profesor Universitario

Julianricar_80@yahoo.es

@profejulianr.

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