La inclusión no puede ser excluyente

Julián Ricardo Rodríguez Soto

Muchos hechos han generado interrogantes alrededor de este tema, de los que además me permito escribir estas letras sobre un fenómeno cada vez más común en Colombia y Latinoamérica. Desde la misma gestación de la globalización, este proceso ha tenido mucho que ver con los cambios asumidos y adoptados por varias regiones en el mundo, por lo que para nadie es un secreto que el mundo ha cambiado y continúa cambiando y en su mayoría de veces más para bien que para mal.

Con este panorama, una de las grandes cruzadas de algunos gobiernos y de muchos grupos sociales está relacionada con generar espacios de inclusión; es obvio que hoy todos los habitantes del mundo estamos reclamando y luchando por nuestros derechos, lo cual no está mal, pero es improbable generar un mundo social personalizado que en esencia, esta es la gran dificultad en la sociedades de hoy; si analizamos en detalle la epistemología y evolución humana, los seres humanos somos vistos como seres sociales con alta necesidad de relacionarnos con los demás.

En este orden, dos situaciones regionales me motivan a hacer un llamado para que la inclusión no toque los senderos de la polarización y la segregación, el primero tiene que ver con implementación de espacios de ciclorutas en algunas avenidas de nuestra capital; en esencia la intensión es buena pero este proyecto de entrada presenta fallas: la primera, los espacios son inseguros y carecen de señalización por lo que son propicios de ser invadidos por automotores, lo cual de entrada puede ser el primer error y ocasionar peligro a las partes, sumado a que disminuyen espacios para la movilidad del creciente parque automotor de Ibagué.

La otra situación mucho más dramática, tiene que ver con el abominable hecho donde dos mujeres en mi ciudad perdieron la vida literalmente chocadas y oprimidas por un vehículo agrícola tipo tractor; las imágenes registradas son desgarradoras y desde luego generan una ola de controversia desde todos los espacios de comunicación, el más llamativo fue el pedido de muchos ciudadanos por medio de redes sociales a sacar de circulación de las vías la maquinaria agrícola que comúnmente circula en las calles de Espinal; un pedido descabellado a mi juicio, si bien es cierto los hechos fueron gravosos, no pueden ser motivo para generar estos comentarios excluyentes. El pedido es tan similar a sacar los barcos del mar para que los peces puedan nadar.

En fin, claro que la inclusión es importante, hacer del territorio un mundo donde todos tengamos un espacio puede ser un escenario ideal, pero de eso se debe tratar, de que haya espacio para todos, contrario a crear espacios que estén diseñados para unos pocos a costa del acuñado discurso de la inclusión, que más que incluir, se puede sentir cómo la exclusión para los que no estén de acuerdo con la forma de ver el mundo por parte de los demás.

*Profesor Universitario

Comentarios