En muchas ocasiones a nivel internacional y nacional, se observa que algunos mandatarios acogen como equipo de gobierno a personas de bajo perfil, con formación académica inferior a la suya para poder brillar; otros hacen lo contrario, se rodean de personas mejor calificadas para ser exitosos juntos y hacer un buen gobierno.
Que el equipo de gobierno, los ministros, los secretarios de despacho para el caso de gobernadores o alcaldes, sean personas de formación avanzada, conocedores del campo en el cual se van a desempeñar, con habilidades gerenciales y coherentes tanto en el discurso como en la práctica; capaces de trabajar en equipo para ejecutar el plan de desarrollo del cuatrienio; personas reconocidas por su intachable conducta que se les puede calificar de honestos, y que hayan dejado huella por el excelente manejo de los recursos públicos.
Desde el momento en el cual se inician las campañas electorales, se puede evidenciar con quiénes va a gobernar el candidato, basta con observar quiénes le hablan al oído, lo cual no es indicio suficiente, pero, puede afectar negativamente al aspirante, si a tiempo no hace los cambios que el electorado grita. Aquí, queda claro el adagio “Dime con quién andas y te diré que logros alcanzas”…
las actuales circunstancias, cuando las campañas para ser gobernador o alcaldes se han vuelto un asunto extremadamente costoso, es difícil saber quiénes realmente gobernarán en el futuro inmediato. En primer lugar, están los líderes políticos que aspiran a tener su cuota en el próximo gobierno; luego los contratistas que contribuyen con la financiación de la campaña electoral; ahora, para poder acceder a contratos; o los profesionales desempleados ahora, que aspiran a un cargo en el próximo gobierno.
La revista Semana del 9 de abril de 2010, en tiempos de la campaña presidencial de ese entonces, con la Facultad de Ciencias Políticas y Gobierno de la Universidad del Rosario de Bogotá, le preguntaron a los candidatos: ¿Quiénes harán parte de su equipo de gobierno? No todos dieron nombres, la mayoría se limitó a dar algunas de las características de quienes podrían ser nombrados en los Ministerios.
Tengo la propuesta para que alguna organización privada y una Institución de Educación Superior, oficial, realice un evento público hacia el mes de agosto o septiembre para preguntarle a los candidatos a gobernación y alcaldía de Ibagué, cuáles son las personas que harían parte de su gobierno, cuál sería el perfil del gabinete, y, además, para que respondan preguntas muy serias que garanticen la solución a muchas inquietudes departamentales y locales, que tendrán que solucionarse en un cuatrienio.
Sin embargo, como todos sabemos, a quienes resulten elegidos, les queda poco margen de gobernabilidad, resultan ser prisioneros de la idiosincrasia de otros, lamentablemente, pero desde ya, los mandatarios deberán pensar en reservarse la opción de tener dos o tres secretarías de despacho para seleccionar a personas que sean de alto talante.
Así, por ejemplo, las secretarías de Educación, no debieran ser cuota que impongan a personajes que le resten a la “cenicienta”, la educación, que para el caso de los departamentos en el país, continúa con una deuda histórica, que impide condiciones dignas tanto para docentes como para estudiantes. En esta cartera debería abrirse convocatoria nacional. Para el caso de nuestra ciudad, el Ibal, no debe ser otra cuota, lo ideal es hacer una búsqueda de talentos, que obedezca exclusivamente a la decisión del mandatario local.
Comentarios