Algunos aspectos de la situación colombiana

Indira Orfa Tatiana Rojas Oviedo

Repasemos un poco la situación de Colombia en varios aspectos. Parece mentira que en pleno siglo XXI tengamos municipios que aún no logran disfrutar de condiciones básicas en salud, educación, agua potable, luz, condiciones mínimas que contribuyan a la dignidad de niños, adolescentes y adultos que no logran salir de las condiciones infrahumanas en las que han vivido, por cuenta de la inequidad histórica a la que han sido sometidos.

Pero como si fuera poco, se sigue castigando y sometiendo a la población en términos de educación, porque en la búsqueda de la “Calidad” se exigen cifras y resultados eficientistas, sin que el gobierno haga la transferencia necesaria para que la calidad sea tangible y real, y en ese afán de supuesta calidad, son castigados miles de estudiantes, porque solamente las universidades acreditadas cuentan con mayores beneficios.

Hoy que es una política internacional el cuidado del ambiente, somos víctimas de multinacionales que atentan contra la vida, en su ambición desmedida de riqueza, extrayendo minerales sin importar los efectos e impacto negativo que son claros y saltan a la vista de cualquier humano, y sin embargo, qué hace el Gobierno nacional para poner freno a un desmedro de estas proporciones que va contra la vida, independientemente de que lo cataloguen como “desarrollo”.

Diversos estudios concluyen que donde hay explotación minera, además de la afectación ambiental, que constituye un daño irreversible y difícil de subsanar en siglos, disminuyendo el agua, modificando el paisaje natural en contravía de la calidad de vida de los habitantes de la región donde se admite la explotación minera, se incrementan la prostitución, las enfermedades, los saqueos, los robos y la pobreza.

Colombia continúa con una gran brecha de inequidad, así la situación quiera maquillarse, y disminuir los índices de pobreza, a partir de sofismas que sólo en el papel cuentan porque la realidad de millones de nuestros habitantes es dolorosa, infrahumana. La falta de oportunidades laborales, profesionales y educativas sigue siendo una constante.

El problema de los servicios de salud pareciera ajeno al Gobierno nacional, no se evidencia intervención real que contribuya a un servicio digno de los usuarios de las EPS, es vergonzoso observar que los pacientes en masa esperan una atención médica que no satisface en alto porcentaje sus necesidades.

La salud se convirtió en una empresa con fines de lucro, los derechos fundamentales de los niños y adolescentes es otra franja mercantilizada y donde se observa falta de transparencia y control; la movilidad en las distintas ciudades es caótica; el consumo de psicoactivos sin freno ni atención; la falta de respeto por la vida y el ejemplo de corrupción diaria a quienes crecen, y se forman, no permiten que un gobierno pueda hablar de equidad y mucho menos de calidad. La inseguridad, el homicidio, la pérdida diaria de vidas humanas a causa del robo de celulares que parece una pesadilla sin fin, el suicidio, el feminicidio, la descomposición social...

Realmente quedamos atónitos ante la afirmación del presidente Santos de que estamos en los años de la “equidad”, porque se sale del concepto correspondiente. ¿A qué país se refiere el presidente?

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