Alexitímicos o pesimistas

Indira Orfa Tatiana Rojas Oviedo

El psiquiatra Rodrigo Córdoba, en una entrevista publicada en El Tiempo del 27 de noviembre pasado dice que nuestro país es alexitímico, “es decir, incapaz de leer las cosas positivas”. Tal diagnóstico sirvió de referencia para que el presidente Santos, en territorio tolimense, ahondara en el concepto sobre el pesimismo que según él, agobia a los colombianos.

Considero, que no es que los colombianos seamos alexitímicos porque la elexitimia es propia de personas con pobre conciencia emocional, “incapaces de expresar verbalmente las emociones o entenderlas”. Se recurre a muchos términos para calificar, por ejemplo, el estado de corrupción generalizado que tiene confundidos a los colombianos. Se escuchan palabras de alto impacto, para referirse a este fenómeno.

Es más apropiado decir que los colombianos estamos dentro de una cultura de pesimismo que se manifiesta como un estado emocional negativo en el cual desde la perspectiva de la Psicología, las personas perciben los hechos “bajo la razón del mal”, todo se ve desde el punto de vista de lo negativo, de lo malo. Así, desde el punto de vista de la psiquiatría puede ser un síntoma de depresión colectiva que no se comprende claramente.

El problema es que estamos acostumbrados a mirar el “vaso medio vacío”, siendo que también pueden ser percibidos desde la perspectiva del “vaso medio lleno” porque no todo está mal, hay cosas buenas en la realidad colombiana. Entonces ¿Por qué somos el segundo país más feliz del mundo, después de Fiji? (país insular de Oceanía, en el Océano pacífico).

En estas vacaciones he leído el libro de Daniel Goleman “Liderazgo, el poder de la inteligencia emocional” y encuentro en este texto del psicólogo y periodista, diversidad de referencias a estos temas de los que me ocupo. Goleman insiste en que “la actitud positiva ante la vida se refleja en las conversaciones y demás encuentros sociales… Recordemos que la gente motivada para obtener resultados suele ser optimista, incluso ante los reveces de los fracasos (2016, p. 49).

Si asumimos una actitud positiva al interpretar los hechos del pasado inmediato y los que tienden a suceder en el inmediato futuro, los colombianos en general y los tolimenses en particular debiéramos ver desde la perspectiva del “vaso medio lleno”, la oportunidad que tenemos de incidir en la selección de parlamentarios y un presidente que veamos como deseable para avanzar en el desarrollo social y económico de nuestra tierra. Debemos intervenir en los eventos electorales que nos brinda el sistema político actual y con actitud positiva decidirnos por los nuestros, por nuestro Tolima.

tatianarojasoviedo34@gmail.com

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