Quiero pensar que en nuestra ciudad se viene ganando en competitividad y por lo tanto en capacidad para decidirse al apoyo de creación de sedes de universidades que indudablemente aportan al desarrollo a través de la formación en ciencia, tecnología, innovación, que garantiza la generación de empleos, creación de empresas y recursos a nuestra Capital.
La Universidad La Gran Colombia tiene toda la disposición para extenderse en nuestra capital, solo se necesita la decisión de la administración municipal disponiendo de un lugar para hacer realidad este proyecto que cientos de tolimenses esperan, para lo cual se requiere voluntad de las partes y el rector de La Gran Colombia, Santiago Castro, ya la tiene.
Si se atrae educación superior, seguramente nos vamos encaminando a convertirnos en habitantes de una ciudad universitaria, que trae consigo desarrollo y con el desarrollo inclusión, estabilidad laboral, autoestima regional, competitividad entre otros beneficios.
La competitividad es uno de los factores fundamentales de desarrollo en los diferentes renglones de un país. En el año 2006, Colombia se ubicó en el puesto 63 entre 122 países y en el año 2016 retrocedió 5 lugares en el escalafón de competitividad con el puesto 61 entre 138 países. El país, según el informe, avanza en salud, educación e inversión. Sin embargo, todos padecemos la precaria calidad de los servicios de salud, donde es evidente la falta de coordinación e intervención del Estado, el número de usuarios se ha incrementado y sin embargo la infraestructura de las IPS no siempre son las adecuadas y por lo tanto hay hacinamiento, lentitud y pésimo servicio incluso en la prestación particular.
La corrupción que entorpece el derecho a la educación en condiciones dignas en muchas ciudades del país, especialmente en cuanto al derecho fundamental a la alimentación escolar, es otro de los graves problemas que afronta Colombia y que debe tener sanciones penales que sirvan de ejemplo para evitar que se siga jugando con la infancia.
El informe recomienda “cerrar las brechas de talento, poner en funcionamiento el diseño de los currículos identificados por el Marco Nacional de cualificación del MEN”. La contextualización de acuerdo a las necesidades de formación, permitirá mayores niveles de competitividad que son una exigencia de la provincia y el mundo.
Países como Chile, Costa Rica, Panamá y México nos superan en infraestructura que lamentablemente ha frenado los procesos un sin número de veces también por la corrupción. Después de este informe, queda claro que como ciudad podemos superar los índices de competitividad, ofertando nuevos programas educativos universitarios; esperamos que este propósito se haga realidad para nuestros coterráneos, en el menor tiempo posible.
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