¿Comparendos pedagógicos?

Indira Orfa Tatiana Rojas Oviedo

Nacemos como humanos, pero nos construimos como personas gracias a la educación, que es entre otros conceptos, un proceso de negociación cultural como lo dice Brunner.

En esta práctica social, se encuentran miradas esnobistas que llegan a posicionar conceptos equivocados como por ejemplo el de “Comparendo pedagógico”, pero además utilizando de manera indiscriminada la categoría “pedagógica”.

En el tratamiento de multas por infracciones de tránsito e interpretando el código de policía, se recurre al término mencionado establecido en los artículos 173 y 175 del nuevo Código de Policía. Palabras que igualmente aparecen en la jerga electoral, para ambos casos son inapropiados.

Abordando el tema de Educación y Pedagogía, emerge el concepto de Comparendo pedagógico, que para lograr su objetivo debería responder a una reflexión epistemológica sobre las prácticas de conducción, que necesariamente debe avanzar hacia una práxis siempre intencionada, en una acción social criticada, debatida, problematizada, como lo expresaba Jorge Oswaldo Sánchez Buitrago, docente de la Universidad del Magdalena y del Doctorado de la Universidad del Tolima.

Quienes tienen a su cargo desarrollar el curso para cumplir con el “comparendo pedagógico”, deben responder con argumentos desde el conocimiento científico y doxático o experiencial. Pero, además, deberían desarrollar un discurso argumentado.

Suficiente para proponer el cambio de denominación por “comparendo formativo, educativo, ciudadano”, que no constituya objeto de permanente crítica por evidenciarse el desconocimiento al adoptar tamaño concepto esnobista tan alejado de su génesis.

Preocupa la escasa formación de quienes cumplen con el papel de desarrollar el curso, cuando tendrían una oportunidad de oro para educar a los ciudadanos infractores ya que la educación es la única posibilidad de prodigar herramientas ciudadanas para una convivencia adecuada, propia de ciudades avanzadas, donde se ha hecho el tránsito de la condición humana a la condición personal como lo diría Durkheim y lo retrotraía Sánchez.

Es notable la tensión entre el discurso administrativo que pretende el Estado ante el uso equivocado de conceptos y en consecuencia de reflexión y resultados que termina convirtiendo en cenicienta la ciencia o la disciplina pedagógica. Igualmente, si se quiere ver el concepto desde el arte, se está distante del propósito en la búsqueda de conmutar una sanción vial, plenamente.

En muchos eventos electorales en Colombia, también se utiliza el término “pedagogía electoral”, que para el caso también resulta inapropiado. La Registraduría Nacional y algunos políticos, recurren a este concepto de manera equivocada, sería más pertinente decir, información electoral, cuando el hecho no es pedagógico, hay abuso de la categoría conceptual pedagogía.

tatianarojasoviedo34@gmail.com

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