¡No hay derecho!

Indira Orfa Tatiana Rojas Oviedo

El Código Nacional de Policía, como herramienta de solución de conflictos, está afectando gravemente el mínimo vital de miles de ciudadanos que en Colombia sobreviven con ventas informales. No se entiende por qué se pretende dejar sin recursos económicos a quienes buscan el sustento honradamente sin que haya una solución para evitar que se caiga en mayores dificultades de seguridad, entre otras, a cuenta del desempleo.

Estamos soportando muchos abusos e impertinencias en Colombia, se abusa de la ciudadanía aprobando leyes y normas que atentan contra el derecho fundamental al trabajo que por conexidad afecta el derecho a la supervivencia y en consecuencia a la vida. El Código de Policía en procura de ofrecer un espacio público adecuado, atenta contra miles de familias que solo tienen para llevar a su mesa, el producto de la venta que en muchos casos no superan el valor de diez mil pesos diarios.

Paso a referirme a otra clase de abusos, nos hemos acostumbrado a soportar toda clase de abusos, uno muy frecuente en este momento político es el abuso de autoridad que ejercen algunos servidores públicos que se encuentran dentro o fuera de la administración, aprovechando la cercanía laboral para amedrentar, infundir temor en personas que aspiran a volver a ser contratadas, sin que los mandatarios se enteren de estos hechos.

Se tipifica un claro abuso de autoridad, cuando están usurpando funciones que nos les corresponde y sin embargo quieren atemorizar a contratistas a título personal cuando éstos ofrecen apoyo a algún candidato que, perteneciendo al mismo partido y grupo político, es considerado enemigo de la persona que de manera soterrada abusa del poder.

Se pensaría que el desconocimiento de la ley los lleva a este tipo de actuaciones, pues son personas que aún no ostentan siquiera un título de pregrado por lo tanto son atrevidas en sus intervenciones que rápidamente se divulgan y llegan a oídos del candidato al cual se pretende afectar.

Hay evidente confluencia de faltas, el abusador de la autoridad está generando bullying, acoso, involucra a otros mandos medios que manejan a su antojo para que retire de la lista a quien ya tiene orden de ser contratado y se cae en un manejo abusivo que evidencia corrupción.

Sería excelente desenmascarar a quienes le restan a las administraciones y no acatan las órdenes porque trabajan con fines personales cuando se deben a una institución.

Las inspecciones de policía están a la orden del día y las Oficinas de Control Disciplinario, para regular las conductas de los servidores públicos que bien pueden ser tipificadas en estos casos como graves o gravísimas.

tatianarojasoviedo34@gmail.com

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