La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), fundada en 1945, organismo que vela por la seguridad alimentaria, concluye que la obesidad es uno de los mayores factores de muerte en Latinoamérica.
Según los cubanos Pedro Enrique Miguel Soca y Aluett Niño Peña, la obesidad es una enfermedad crónica que representa un desafío para los servicios sanitarios de todos los países, tanto por su elevada prevalencia como por las mayores probabilidades de morbilidad y mortalidad que genera, debido a la ocurrencia de un desequilibrio nutricional, de carácter multifactorial, de desalentadores resultados en su tratamiento y que requiere una gran dosis de voluntad por parte del paciente para controlarla.
El ideal para su tratamiento es su prevención a partir de la realización de cambios en los estilos de vida. La obesidad afecta todos los órganos y sistemas del organismo, con un factor patogénico común: la inflamación crónica de bajo grado, cuyas causas se deben principalmente a un gasto energético bajo en relación con las necesidades de calorías y donde se implican tanto factores genéticos como ambientales.
Son tantas las consecuencias clínicas de la obesidad que la convierten en una de las causas prevenibles más importantes de morbilidad y muerte precoz que sólo un control moderado de ella sería capaz de salvar miles de vidas anualmente en todo el mundo…
El libro titulado: El mejor medicamento eres tú, de Frederic Saldmann, plantea que la actividad física diaria es una obligación y un derecho vital para mantenerse sano. Treinta minutos de ejercicio diario disminuyen en un 40 por ciento todas las causas de mortalidad, tanto de enfermedades cardiovasculares o del alzheimer.
En el año 2015, el Ministerio de Salud demostró que uno de cada tres jóvenes y adultos en Colombia tiene sobrepeso (37,7%), mientras que uno de cada cinco es obeso (18,7%). El 56,4% de la población presenta exceso de peso, es decir, incremento de 5,2 con relación al 2010.
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la agenda 2030, instan al compromiso que deben adquirir los países del planeta en la protección del ambiente con la implementación de ciudades más amigables, en consecuencia el uso de medios de transporte y la caminata también para desplazarse al lugar de trabajo, se convierten en una tendencia mundial que aporta a la salud, a la vida, la sostenibilidad y mejora de la calidad del ambiente.
Es necesario propiciar actividades que estimulen el uso de la bicicleta o que obliguen a caminar a las personas.
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