El rumor y la mentira en la campaña política

Indira Orfa Tatiana Rojas Oviedo

La política es el arte de conversar en la búsqueda del beneficio del otro, tal como lo plantea Nicolás Buenaventura. Sin embargo, cuando se desdibuja el verdadero sentido de la política, se enturbian los pensamientos y se padecen prácticas indeseables.

El juego limpio es esquivo en algunas campañas que hoy se llevan a cabo y el mal ejemplo sigue marcando una estela que seguramente recorrerán otros individuos, sin tener en cuenta que la Corte Constitucional ha dicho expresamente que el lenguaje no debe “conllevar a afectar la dignidad de una persona y mucho menos a que sea humillada”.

Sin embargo, la fuerza de la agresión verbal, el irrespeto a la dignidad, el daño al derecho fundamental al buen nombre, la restricción de la libertad en muchas de sus dimensiones, se han convertido en actuaciones consuetudinarias que están en contravía de la ley.

El constreñimiento laboral, el terrorismo psicológico, el amedrentamiento económico, los discursos perversos de seguidores de unos y otros partidos políticos, el rapto de votantes, hacen parte de las jugadas temerarias y de mala fe, que parecen interminables.

Sin embargo, mucho de esto se construye a partir del rumor y las mentiras que ponen a unos contra otros, sin poder saber cuál es límite en el que se encuentra la verdad.

El fuego amigo recurre a subvalorar las fortalezas de quienes aspiran a los diversos cargos de elección popular; y es que el sistema electoral actual, propicia la rivalidad entre aspirantes del mismo partido, debido entre otras razones, a las listas abiertas, donde fácilmente el último de los 19 aspirantes al concejo, de cada partido político, puede ocupar el primer lugar en votación, dependiendo de su trabajo, su perfil académico y trayectoria laboral.

Se espera que los electores hagan uso de la mayoría de edad Kantiana, para que tomen así la decisión más acertada en las urnas y hagan uso de su derecho a partir de su propia reflexión, tomando distancia de rumores y mentiras propias de mentes desesperadas, incapaces de argumentar con la fuerza de las ideas.

A pesar de que se sabe de las actitudes de rechazo a la política y a los políticos, tal como lo expresan las encuestas que sobre el tema ha realizado el Dane, no se puede dejar a la deriva el derecho que se tiene a elegir gobernadores, alcaldes, diputados y concejales, haciendo uso pleno de sus convicciones.

tatianarojasoviedo34@gmail.com

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