Se debe pensar en formar mejores seres humanos

Indira Orfa Tatiana Rojas Oviedo

Abordando el tema de las preocupaciones de los jóvenes y las preguntas recurrentes de los padres, expertos concluyen que se hace necesario cambiar los discursos y buscar la formación también desde otras perspectivas, para humanizar, sensibilizar y formar para la felicidad. Si bien es cierto, nadie se matricula en un nivel educativo o en una asignatura, para ser el peor o para perder, siempre se aspira a lograr reconocimiento. Sin embargo, los padres tensionan en alta medida, para que sus hijos sean los mejores bachilleres, los mejores en su semestre, obtengan los más altos resultados y pocas veces se piensa en la felicidad, en las relaciones interpersonales adecuadas, en los apoyos que se ofrecen a sus compañeros, en la formación axiológica para preparar sujetos respetuosos, honestos, sensibles, con valores.

Los individuos están formados para la competencia, para ganar, para sobresalir, para llegar primero. Pero, ¿dónde se refuerzan estas posibilidades, desde los valores? Pareciera que para los padres lo importante es que su hijo muestre sus alcances, sin reiterar en el cómo, porque la sociedad y el Estado, necesitan sujetos competitivos, tal como lo señala el poema de autor anónimo, que dice: “Cada mañana en el África, una gacela despierta. Sabe que debe correr más rápido que el león más rápido o se la comerán. Cada mañana en el África, un león despierta. Sabe que debe ser más rápido que la gacela más lenta o morirá de hambre. No importa que seas león o gacela, cuando llegue el nuevo día es mejor que te encuentre corriendo.” (Poema africano). Pero, por qué a los niños y a los jóvenes, al llegar de sus establecimientos educativos a casa, difícilmente se les pregunta: ¿Fuiste feliz en tu lugar de estudio, te gustó lo que te enseñaron, jugaste, te divertiste, a quiénes ayudaste?

Se está formando para la insensibilidad social, para protegerse del otro, para defenderse a golpes de ser necesario, a ser vivo, no bobo…. ¿Y la capacidad argumentativa, el defenderse con la palabra adecuada no para la violencia oral, la formación para defender de las injusticias a los otros, para ser escuchado desde sus propios intereses, para solucionar conflictos pacíficamente, para aprender el respeto por las leyes, los bienes ajenos, la tolerancia, el respeto por la naturaleza, por sus compañeros, por sus intervenciones, por la palabra? Son tan responsables los padres de familia de las nuevas generaciones que se forman, como la escuela; solo la educación podrá hacer la diferencia, con el agravante de que a la escuela le corresponde aportar a la formación también de los padres, a la reflexión, para que se forje un nuevo tejido social.

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