Palabras inútiles

La VI Cumbre de las Américas mostró muchas facetas que dan cuenta de los cambios graduales y significativos en la región.

Ya se puede hablar allí de temas antes  vedados por la nación imperial, y la nación imperial también dice que hablen de lo que quieran, que a ella le queda suficiente poder para imponer o impedir o desobedecer decisiones de esas festivas y pintorescas  celebraciones.

Digo festivas y pintorescas porque los medios hicieron de ella un verdadero, lucrativo y artificioso carnaval, que al final ya nos tenían hasta la coronilla.


Cartagena demostró que es la mejor pasarela y el mejor escenario para un evento jugoso y rentable como el reinado de Miss Universo.


Hablando en serio, fue muy importante que no hubiera acuerdos prefabricados que pudieran firmarse; quedó claro que excluir a Cuba no tiene ningún sentido, como bien lo sabe el presidente Obama, cuando USA tiene –ha tenido y prohijado- relaciones con regímenes que son una vergüenza para la humanidad, como socios suyos fundamentales, como China, Arabia Saudí, y aún con países que los han derrotado en la guerra, como Vietnam, o con dictaduras regionales.


Si el régimen cubano ha persistido más de medio siglo, no es tanto éxito de la supuesta revolución, sino  resultado de la estulticia gringa, y ellos son los únicos responsables.


Si Cuba al fin asiste a futuras cumbres, puede que signifique una cuestión de honor y nada más, por si acaso eso le interese después de superar con heroísmo y dignidad medio siglo de criminal bloqueo.


Lo más importante es que el tema prohibido, de hablar de la prohibición y la guerra contra las drogas, ya no será lo mismo de ahora en adelante, con Obama o sin Obama.


Ha llegado la hora final de la doble moral de la política que ha tenido postrados a muchos países latinoamericanos, muy en especial al nuestro.


Las drogas psicotrópicas han llegado para quedarse, como el tabaco, el té, el alcohol; y  está demostrado que el prohibicionismo ha sido un desastre mucho mayor que la enfermedad; y que es una obligación moral  buscar otras soluciones distintas, acordes con la humana conditio.


Post scriptum  ¿Qué pasa con que Shakira haya equivocado el texto del Himno Nacional, si nada de lo que dice ahí es cierto? Núñez debió pasarlo divertidísimo, pues él sabe –como Santo Tomás con la Suma Teológica- que todo «eso» es pura paja.

Credito
ERNESTO RUEDA SUÁREZ

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